“Lo más imponente del incendio fue cuando ardió el edificio del banco. Aquel espectáculo daba espanto y horror”. Ese texto, publicado el 25 de enero de 1913 en el periódico costarricense La Información, documentaba los sucesos ocurridos dos días antes.
1863
El Banco Anglo Costarricense fue fundado por los ingleses Allan Wallis y Eduardo Allpress, y por el costarricense Mariano Montealegre Fernández.
1865
En 1865, el banco adquirió una casa que era propiedad de la señora María Ana Painter Brealey, la cual fue acondicionada para el banco.
1913
El edificio, que apenas estaba en construcción, fue devorado por un incendio de grandes proporciones.
Se inician las obras de construcción del edificio que actualmente está en pie en la avenida central en San José.
1915
Fecha estimada para la finalización de las obras de construcción del inmueble, que hoy celebra 100 años. Ahora es la sede del Centro de Patrimonio.
Eran las 8:45 p. m., del 23 de enero de 1913, cuando un incendio de grandes proporciones consumió buena parte de la manzana comprendida entre las calles 1 y 3, y la avenida central, en San José.
La mayoría de los locales comerciales en ese sector resultaron calcinados, pero uno de ellos fue la más lamentable de las pérdidas: el nuevo edificio para el Banco Anglo Costarricense, que apenas estaba en construcción.
Ese trágico incidente marcó el nacimiento de un inmueble patrimonial que este año celebra su centenario. El cumpleañero es el edificio conocido como “antiguo Banco Anglo”, ubicado frente a la librería Lehmann, entre las calles y sobre la avenida antes mencionadas.
El elegante edificio de influencia neoclásica, que hoy es la sede del Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura y otras instituciones, fue el que sustituyó a la infortunada edificación que se quemó en 1913.
Una investigación realizada por la historiadora del Centro de Patrimonio, Sonia Gómez, permitió descubrir que la fecha de construcción del edificio fue 1915 y no 1913, como se creía inicialmente.
“Sobre este edificio se tenía información muy escueta. Solo se sabía que era una obra del arquitecto Jaime Carranza y que se había construido en 1913. Pero también se conocía que hubo un incendio, ese mismo año. Entonces nos preguntamos cómo era posible que se hubiera quemado y construido de nuevo tan rápidamente”, explicó Gómez.
Tras consultar, analizar y comparar cientos de documentos antiguos como periódicos, mapas y las actas de la Junta Directiva y los libros contables, Gómez logró reconstruir gran parte de la historia del edificio.
Los pormenores de ese proceso se presentan en la exposición Centenario del edificio antiguo Banco Anglo Costarricense , en el Centro de Patrimonio.
La muestra se puede visitar hasta el 27 de marzo, de lunes a viernes, de 8 a. m. a 4 p. m.
A toda marcha. A pesar de su voracidad, el fuego no logró carbonizar el anhelo de la Junta Directiva del Banco Anglo Costarricense de levantar un edificio digno.
El 4 de marzo de 1913, los directivos Justo Quirós, Guillermo Steinvorth, Jaime Gordon Bennet y Frederick Nutter Cox aprobaron suscribir un contrato con la empresa Carranza y Bolletti. En dicha sociedad tenía parte Jaime Carranza, el mismo arquitecto que había diseñado el inmueble destruido.
Cuatro días después, se inició su construcción, para la cual se utilizaron materiales de primera calidad. “Para pisos, puertas, marcos de ventanas, balaustradas y vigas, se emplearon maderas preciosas costarricenses como cedro, roble, caoba y pochote”, destacó Gómez.
Otros materiales fueron importados, como el hierro para el techo, el cemento, los vidrios y el piso de mármol de la sala central del primer piso.
Uno de los elementos más suntuosos de este edificio fue una baranda de bronce que se colocó alrededor de la sala central del banco. La espléndida estructura fue importada de la casa Tiffany Studios Co., de Nueva York. La historiadora destacó el aporte de varios inmigrantes europeos cuya pericia artesanal fue indispensable para la ornamentación.
Pero también hubo un notable aporte de mano de obra costarricense: artesanos carpinteros, operarios y albañiles.
Incluso, uno de ellos, llamado Francisco Vargas, sufrió un accidente laboral y murió.
De acuerdo con Gómez, las fuentes consultadas no consignan una fecha específica de finalización de la obra o de inauguración del nuevo edificio. “Pero todo hace pensar que esta se dio en febrero de 1915”, señaló. Lo que sí se sabe es que costó ¢149.791,07.
Y mientras el edificio centenario sobrevive, el que fuera el banco más antiguo del país fue clausurado en 1994 debido a un descalabro financiero.