Cuatro sitios arqueológicos que albergan esferas precolombinas y ubicados en la zona sur del país esperan el veredicto de la Unesco que determinará si serán incluidos como patrimonio mundial.
Del 15 al 25 de junio, los miembros del Comité de Patrimonio Mundial de dicha entidad estarán reunidos en Doha (Catar) para analizar todas las candidaturas presentadas por varias naciones, entre ellas, Costa Rica.
Los cuatro lugares incluidos en la propuesta tica conforman un circuito arqueológico en el delta del Diquís, una extensa planicie bordeada por los ríos Térraba y Sierpe, en la zona sur.
En abril pasado, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) emitió un dictamen positivo con respecto a la candidatura costarricense, lo que fue, a criterio de los expertos, el empujón final hacia la declaratoria.
La delegación nacional que participa en la cita en Catar está integrada por el embajador de Costa Rica ante ese país, Luis Alberto Guillén, y el arqueólogo del Museo Nacional, Francisco Corrales.
De emitirse un veredicto afirmativo por parte de la Unesco, esta sería la primera vez que Costa Rica registra bienes culturales en esa prestigiosa lista.
Actualmente, el país tiene registrados tres sitios naturales: el Parque Nacional Isla del Coco, el Área de Conservación Guanacaste, y el Parque Internacional de la Amistad (cordillera de Talamanca), que se comparte con Panamá.
Además, la tradición costarricense del boyeo y la carreta típica ya lograron su inscripción en la lista del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
Historia en piedra. Los cuatro sitios arqueológicos que figuran en la candidatura son Finca 6, Grijalba-2, Batambal y El Silencio, todos ubicados en el cantón de Osa, Puntarenas, los cuales resguardan vestigios de las sociedades precolombinas que habitaron esa zona.
“Cada uno de estos sitios tiene sus particularidades y nos ayudan a comprender cómo era el modo de vida de estas sociedades cacicales que estaban organizadas en estratos”, explicó Corrales.
En esos lugares se pueden observar varias estructuras de piedra, como montículos, calzadas, pero, sobre todo, las misteriosas esferas de piedra, que se fabricaron entre 400 d. C. y 1.500 d. C.
En una reciente visita a la región, la ministra de Cultura, Elizabeth Fonseca, destacó la importancia de integrar la protección del patrimonio arqueológico y los beneficios económicos para las comunidades aledañas.
Otros que esperan ser patrimonio mundial de la Unesco son: el Camino del Inca (Perú), la cueva Chauvet (Francia) y el paisaje vitícola de Piamonte (Italia).