Se invirtieron $45 millones,en 160 kilómetros de vía que está intransitable. Desde que el puente sobre el río Virilla falló, se invirtieron $10 millones en arreglos, pero estos fallaron. Se invirtieron $10 millones en mantenimiento; sin embargo, se gastó más del 70% de los dineros para otras vías.
FUENTE: PRESUPUESTO 2012 DEL MOPT, CONAVI, ARCHIVO LN.
Casi ¢33.000 millones. Esa fue la suma que el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) invirtió en apenas tres obras que quedaron en malas condiciones, pese a que existe un listado de proyectos urgentes varados por falta de presupuesto.
Se trata de la trocha fronteriza con Nicaragua, el arreglo en el puente de la platina y los trabajos en la carretera Bernardo Soto, del cruce de Manolo’s al aeropuerto Juan Santamaría, que se hicieron con deficiencias.
Las obras consumieron el dinero proveniente de peajes, impuesto a los combustibles y rubros contenidos en el presupuesto del ministerio.
Ese dinero habría alcanzado para construir el paso a desnivel en La Uruca –que cuesta $50 millones y beneficiará a 60.000 conductores por día– o cubrir parte de la actualización de costos de la vía a San Carlos.
Esta última aumentó en $80 millones, por lo que el Estado debió endeudarse con un crédito para seguir las obras.
También se habría financiado el paso a desnivel sobre la rotonda de Paso Ancho, que costará cerca de $9,5 millones.
Incluso se pudieron haber construido casi cuatro centros de radioterapia para combatir el cáncer, similares al que inauguró la Caja Costarricense de Seguro Social hace unas semanas.
Pero el Gobierno apostó por obras que dejaron más sinsabores que alegrías.
Pedro Castro, ministro del MOPT, asumió el puesto en octubre del 2012 con la tarea de salvar esos tres proyectos, pero ni el puente sobre el río Virilla ni la ruta 1856 estarán listos antes de mayo del 2014, cuando concluya la actual administración.
El ministro señala la actitud de algunos empleados del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) como causa de los desaciertos .
“Se requiere que en el Conavi el funcionario promedio sea consciente de que su deber es buscar el beneficio de los costarricenses. Debe esforzarse por resolver de la mejor forma. Esta actitud es lo que es más difícil de cambiar”, manifestó el jerarca.
En el caso de la autopista Bernardo Soto, la empresa a cargo no llevó a cabo un mantenimiento de 7,5 kilómetros, sino que efectuó una reconstrucción.
Eso consumió el 71% (¢5.041 millones) de los fondos destinados por el Conavi para el mantenimiento de 207 kilómetros de vías al occidente de Alajuela.
Castro defiende esos trabajos. “En este caso, las obras se construyeron. Tomó tiempo y esfuerzo, pero están allí y pese a que se usó una figura de contratación inadecuada, nadie ha demostrado que se perdieran recursos”, sostuvo.
La Contraloría General de la República reclamó al MOPT que esos trabajos carecían de “funcionalidad y de seguridad vial”. Esto, porque no se usaron planos ni estudios. Entre tanto, la platina del puente sobre el río Virilla requirió arreglos por $10 millones que al final no solucionaron nada.
Carlos Fernández, ingeniero que realizó los diseños al MOPT para reparar ese puente, dijo que los arreglos no fueron los idóneos.
La cartera ministerial constató que reparar y reforzar esa estructura costará $8,5 millones; es decir, $1,5 millones menos que las reparaciones malogradas.
El director del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos (CFIA), Olman Vargas, cree que la solución a este tipo de fallos es que el MOPT asuma la jerarquía en obras nuevas para dejar el mantenimiento y conservación en manos del Conavi.
La obra que consumió más dinero y tuvo mayores fallas fue la trocha fronteriza, vía de 160 kilómetros y paralela a la margen del río San Juan de Nicaragua.
Abrir el camino en ese tramo costó $45 millones (¢23.000 millones), y pese a la gran inversión, la trocha es intransitable. Uno a uno los puentes hechos de tucas, han caído con el invierno.
Castro salió al paso de las críticas. Aseguró que aunque el Conavi trastabilla una y otra vez, “lo ocurrido en la ruta 1856 no es reflejo de esa institución”.
Egresado de la escuela de Periodismo de la Universidad Latina de Costa Rica, antes se desempeñó como redactor durante 6 años en el decano La Prensa Libre. En La Nación estuvo vinculado al área digital, en producción de noticias de última hora. Se especializó en información de infraestructura y transporte, para la mesa de Actualidad.
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