Cinco peregrinos se hicieron ayer más visibles en su camino hacia el centro de Cartago, a 15 días de la celebración del 2 de agosto, en la basílica de la Virgen de los Ángeles.
Brillaron por su ausencia, dentro de la iglesia y en los alrededores, el salveque, el sudor y la ropa deportiva de un romero típico. Hicieron fila por el agua bendita solo fieles con trajes y vestidos de domingo.
Además de agradecer por “bondades” o pedir favores a la Virgen de los Ángeles, los cinco peregrinos tuvieron en mente librarse del “molote de gente” que toma forma en el tradicional recorrido, entre el 25 de julio y hasta el 2 de agosto.
Ellos coincidieron en lo siguiente: la principal ventaja de adelantarse dos semanas es poder ingresar a la basílica y observar la figura de la Virgen, sin que eso resulte caótico. En estos días, en años anteriores, muchos más romeros ya iban en ruta hacia Cartago.
A eso de las 10:30 a. m., Mario Fernández sumaba ya dos horas con la camiseta puesta de la Selección Nacional. Emprendió camino desde Guadalupe de Goicoechea, al lado de su esposa Margarita Castro y de su padre, Félix Fernández. Eran los tres primeros romeros madrugadores.
Su cálculo, cuando llegaron a Pinares de Curridabat, fue que faltaban tres horas de cargar capas, bloqueador y botellones de agua, para terminar la ruta hasta la Virgen.
Félix Fernández tiene 76 años y asiste a la romería desde que tiene memoria. Ayer admitió que esa actividad se ha “ido perfeccionando” con el pasar de los años.
“Antes había mucha chusma que venía. Así, con ese radio grandísimo, tomando licor y haciendo todo lo que no se debe hacer. Pero ahora hay más orden, devoción y claro que viene más gente. Hay seguridad y reciclaje”, declaró Félix.
Yariela Barquero llegó al templo, luego de caminar dos horas desde San Diego de La Unión. Venía acompañada de su amiga Nancy Granados. Este es el primer año que ellas deciden ahorrarse “penurias”; por eso, decidieron cumplir 15 días antes con su promesa de fe.
“La idea de venir es dar gracias a la Virgen por infinitas cosas y prometerle que vendremos en el 2015. Lo que nos encanta es que sacamos un buen rato para hablar”, dijo Barquero, oriunda de Pérez Zeledón.
Aunque las labores fuertes de la Fuerza Pública, la Policía de Tránsito y la Cruz Roja no arrancan hasta el 25 de julio, los pocos peregrinos de ayer admitieron sentirse protegidos y haber topado con algunos uniformados durante el trayecto.
A lo mismo. No les fue posible caminar como romeros, pero llegaron a esa misma iglesia con objetivos similares: Sheila Chaves y su esposo, Víctor Mora, tomaron un bus desde San José para ir a agradecer a La Negrita por “regalarles salud”.
Zoraida Céspedes y Rafaela Chacón vinieron desde San Isidro de Heredia y admitieron estar sorprendidas por la escasa afluencia de caminantes.
Ayer fue el primer día, en dos décadas, que Erick Chaves, de 40 años, llegó a “pagar promesas a la Virgen” en moto. Un accidente de tránsito, ocurrido la semana pasada, le impedirá caminar más que unos pocos metros, durante un tiempo.
“Siempre había caminado solo desde Santa Ana. Ahora vine antes porque claro que después es imposible, por la gente”, dijo Chaves.