Mientras los padres de familia discuten y tensan la cuerda de la custodia de sus hijos, los menores de edad están en el centro, rodeados del maltrato, manipulación y violencia.
“Es una problemática que va en aumento en Costa Rica. Nosotros atendemos muchos casos en los cuales, al aislar a los niños de uno de sus progenitores, ellos manifiestan conductas de aislamiento; no le encuentran sentido a la vida, bajan calificaciones”, explicó Julia Woodbridge, delegada de la fundación Rescatando Vidas.
Esta organización atiende conductas autodestructivas en niños y jóvenes, y apuntan a que, en muchos casos, la razón proviene de familias en donde hay divorcio y aislamiento de uno de los padres.
“El problema es que la madre o el padre que busca alejar a sus hijos del otro progenitor no reconoce el daño que le está haciendo a su hijo. Hay menores de edad que llegan a conductas suicidas y el adulto no acepta que deben recibir atención”, agregó Woodbridge.
Aunque no hay estadísticas oficiales de cuántas familias podrían enfrentar esta situación en el país, durante el 2012 la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) reportó un total de 45.240 divorcios en familias con al menos un hijo.
“Es un problema que se ha minimizado. Una pensión alimentaria no debe ser condicionante para que el hijo pueda ver a su padre o a su madre. La alienación parental es una forma de violencia contra los niños”, manifestó Fernando Ching, asesor legal del Patronato Nacional de la Infancia (PANI).
Por su parte, Virginia Murillo, presidenta de Defensa de Niños Internacional (DNI), indicó que es necesario que exista en el país un informe que evidencie la magnitud del problema.
“Es necesaria una investigación seria, realizada por organismos de alto rigor, que evidencie la magnitud del problema, sus características y las respuestas de las instituciones”, concluyó Murillo.