La presidenta de la República, Laura Chinchilla, se disculpó este martes con los habitantes de poblados aledaños a la ruta 1856, conocida como la trocha fronteriza. Este se presentó como uno de los proyectos fundamentales de este gobierno que quedó inconcluso por denuncias de corrupción y fallos de construcción.
"No podía terminar mi gestión de gobierno sin visitar uno de los tantos pueblos que están a lo largo de la carretera paralela al río San Juan, primero para pedir disculpas por lo sucedido con ese proyecto", dijo al referirse a los problemas para la concreción de la carretera de 186 kilómetros que iría paralela al río San Juan, en la frontera con Nicaragua.
En su corta visita, realizada a dos días de entregar el mando del país, Chinchilla también se refirió al rezago y olvido que su criterio han estado sumidos estos territorios.
"También (quiero) pedir disculpas porque estos campesinos durante años vivieron de espaldas a Costa Rica sufriendo incluso la extorsión del ejército de Nicaragua cuando tenían que navegar por el río a falta de una salida terrestre hacia el interior del país", señaló la gobernante.
La actividad se llevó a cabo al mediodía en el pueblo conocido como La Trocha, ubicado en el cantón alajuelense de Los Chiles. La mandataria llegó al sitio en helicóptero acompañada por el ministro de Obras Públicas y Transportes, Pedro Castro.
Durante el breve encuentro, Chinchilla aprovechó también para anunciar que ya se adjudicó el rediseño de la carretera y la instalación de diez puentes con un presupuesto de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE). "Las obras ya están en marcha", comentó Chinchilla.
Se trata de un presupuesto de ¢15. 299 millones, de los culaes ya se destinaron ¢2.479 millones para la construcción de seis puentes armables sobre los ríos isla Chica en Los Chiles, Cureña, Cureñita, Tambor y sobre los caños Trinidad y Quebrada Barbudo todos en Sarapiquí, cantón de Heredia.
El proyecto de la trocha comenzó a finales de 2011, al considerarse una urgencia de seguridad nacional, tras la invasión de isla Calero, en Pococí. Los problemas comenzaron tras denuncias de corrupción que hizo el entonces ministro de Obras Públicas, Francisco Jiménez, quien dejó el cargo en mayo de 2012 debido a estos hechos.
Más tarde se sumaron cuestionamientos por la falta de diseño.