Sarapiquí. La vida y sus vueltas se encargaron de llevar a Rogelio Herrera, de 76 años, a la casa de Xinia Berrocal, ubicada en Cristo Rey de Sarapiquí, en Heredia.
Sin pensarlo, encontró en un grupo de ajenos, un nuevo hogar.
Desde hace cuatro años, don Rogelio desayuna, almuerza y merienda en casa de doña Xinia, quien recibe fondos de la Red de Cuido para alimentar y cuidar a cinco ancianos más.
Lo mismo ocurre en otros cuatro comedores del cantón de Sarapiquí. En total, asisten a estos centros 17 adultos mayores.
La modalidad nació en Sarapiquí para atender a ancianos que viven o pasan solos la mayor parte del día.
“He encontrado apoyo. La vez pasada yo estuve un tiempito enfermo y tuve que venir a buscar a Xinia y al esposo; ellos me llevaron al hospital”, relató Herrera.
“Uno se siente más valorado que cuando uno está solo y no tiene a quién buscar”, añadió.
“Desde que entré aquí, me he sentido muy feliz, dichoso. Encontré una ayuda que pensé que jamás encontraría”, comentó Jacinto Alvarado, nicaragüense de 73 años, que asiste al mismo comedor comunal.
“La mayoría de ellos tienen hijos, pero por cosas del destino, los hijos se fueron y ellos (los adultos mayores) quedaron solos, sin familia y sin atenciones”, explicó Berrocal.
La Red de Cuido local selecciona a los cuidadores y beneficiarios usando criterios definidos por el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam).
Además, el cuidador tiene la obligación de recordarles los medicamentos y las citas a cada uno de los asistentes, y de acompañarlos al médico.