La construcción de la nueva carretera a San Carlos cerraría este año con 5 kilómetros de asfaltado, según previsiones de la empresa constructora.
De seguir ese ritmo, la vía de 29 km, que une Sifón de San Ramón con La Abundancia de San Carlos, en Alajuela, entraría en operación a finales del 2016.
Mario Marín, director del proyecto por parte de la constructora, explicó que antes de llegar hasta la carpeta de asfalto, son necesarios una serie de pasos, que hacen de esta una tarea complicada y lenta.
Primero, la vía requiere una capa subrasante de 40 centímetros de material granular que toca la base de tierra.
Enseguida se coloca una subbase, con material granular más fino que el anterior, de 30 centímetros.
Luego vienen 24 centímetros de base estabilizada con cemento para, finalmente, colocar la carpeta asfáltica dividida en dos fases: una de asfalto corriente de 7 centímetros y la última de 6 centímetros, modificada con polímeros para más resistencia.
En tiempo. Mauricio Salom, director del Conavi, explicó que el proyecto cumple con lo establecido en el cronograma de obras y costos planteados en el contrato.
“Estamos muy satisfechos; ya en más de 10% de la construcción observamos asfalto y esperamos que en menos de dos años esté funcionando la carretera”, dijo.
El Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) estima que los trabajos tienen un 75% de avance a la fecha.
Los sancarleños llevan casi 40 años de espera por esta carretera, que facilitará sus traslados al Valle Central.
Uno de los objetivos es reducir a la mitad el tiempo de viaje, según cálculos del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT).
La ruta actual está para una duración de dos horas entre San José y San Carlos.
Salom reconoció que al proyecto le falta resolver tres trámites de expropiación, pero aseguró que se finiquitarán pronto, sin ocasionar más atrasos.
Para Luis Guillermo Loría, representante del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), el proyecto mejoró gracias a las modificaciones que se le agregaron.
El objetivo de los cambios fue ampliar los carriles a dos por sentido, así como reformas en el tema de seguridad vial y de trazado en dos puntos. La vida útil pasó de 7 a 20 años.
Los cambios elevaron el costo, que pasó de $61 millones a $188 millones. Esas modificaciones fueron aprobadas por la Contraloría General de la República (CGR).