Juan Fernando Lara S.
Desde hace cinco años, las nacientes que dan el agua a los caseríos de Quebradas y Calle Vargas en Alajuela disminuyen de caudal en la canícula.
La comunidad de 800 hogares busca nuevas nacientes o ayuda de pueblos cercanos, pero aún sin lograr una solución que evite el uso de camiones cisterna para repartir el líquido en los períodos más críticos del verano, como ocurrió este año.
“La gente se pregunta cómo pudo ocurrir esto si hace años viene el problema. La Municipalidad de Alajuela ha tenido la mejor de las intenciones para ayudarnos pero sí sentimos que faltó planificación”, expresó Henry Vargas, presidente de la Asociación de Desarrollo de Calle Vargas y Quebradas.
Los vecinos han tratado de conseguir el suministro acudiendo a Asadas cercanas como Sabanilla, Calle Corea y Calle San José pero ninguna colabora por temor a sufrir la misma suerte en verano.
Roberto Thompson, alcalde alajuelense, afirmó que enfrentan este problema en Quebradas de dos formas.
Primero, dice, acordaron con la Asada de Sabanilla, cerca de Quebradas, un convenio para proveer agua a la comunidad en períodos de necesidad.
También mencionó que la solución definitiva es una naciente nueva ya identificada. Sin embargo, el remedio tardará debido a unas obras de entubamiento que deben hacerse en un finca privada.
“La naciente no está en la finca pero deben hacerse obras en esa propiedad y acordar el ingreso de maquinaria. La Municipalidad podría realizar acciones de expropiación, pero estamos tratando de llegar a un convenio”, explicó Thompson.
Prometió que en el primer semestre del 2016, Quebradas tendrá el suministro asegurado al cumplirse cinco años de estar sufriendo dificultades.