La provincia de Limón perdió ¢48 millones por la no llegada del crucero Coral Princess, el pasado lunes 11 de noviembre, debido al paro del Sindicato de Trabajadores de Japdeva (Sintrajap) .
La embarcación traía 2.000 pasajeros y 800 tripulantes en el recorrido que hace por Fort Lauderdale, Aruba, Cartagena, Colón, Limón y Gran Caimán.
La cifra se desprende de un informe, del cual La Nación tiene copia, realizado por el departamento de Promoción y Desarrollo de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo de la Vertiente Atlántica (Japdeva).
En el estudio se consultó a operadores turísticos locales, vendedores de artesanía, salones de belleza y agentes portuarios. También incluyen el monto por atraque y los impuestos que no se lograron percibir. En el muelle operan siete operadores turísticos, los cuales reportaron pérdidas por $13.000. (¢6,5 millones).
A este dato hay que sumar los vendedores de tours que trabajan fuera del muelle y los comercios del centro de la provincia, los cuales no están incluidos en la estimación, según indicó Japdeva.
Uno de los sectores más golpeado por la cancelación del crucero de Princess Cruises fue el gremio de artesanos. Este grupo calculó su pérdida en $22.000 (¢11 millones).
Los salones de belleza que funcionan dentro del puerto notificaron pérdidas por $1.300 (¢650.000).
“Tengo 15 años de dedicarme a esto. Yo hago de $200 a $500, en promedio, por cada barco que venga. Un crucero que no venga, representa una semana sin ingresos”, dijo Sergio Martínez, artesano josefino que se desplaza a Limón .
“Ya no vienen suficientes cruceros como hace tres temporadas. Este es uno de los principales ingresos para la provincia. Por mes están viniendo cinco cruceros, y uno que no venga ya es algo muy sensible”, dijo Jhans Masco, dependiente de la licorera que funciona en la sala de abordaje del muelle limonense.
Además, Japdeva y la Municipalidad de Limón no pudieron cobrar $2 y $1,5 por impuestos, respectivamente, a cada pasajero.
El monto que le correspondía a la autoridad portuaria era de $4.000 y $5.000 por servicios de atraque, para un total de $9.000 (¢4,5 millones). Al ayuntamiento le tocaban $3.000 (¢1,5 millones).
El informe calcula que las operadores de tours mayoristas, que venden servicios dentro del barco, perdieron $45.000 (¢24,5 millones).
“La mayor afectación, sin duda, es la imagen de país. Cuando hay una huelga, la naviera no se arriesga porque sabe que pueden darse disturbios”, lamentó Allan Hidalgo, presidente de Japdeva.
Liroy Pérez, vocero de Sintrajap, dijo que estuvieron anuentes a dar los servicios el día de la huelga.
Los muelleros protestaron, el 11 de noviembre, contra la concesión otorgada a APM Terminals para construir un megapuerto