Las fallas en la construcción y administración de concesiones de obra pública provocaron que el Gobierno deje de lado esta figura y se incline por otras, como fideicomisos o intermediación de organismos internacionales, para ejecutar proyectos.
Así lo reconoce Carlos Segnini, ministro de Obras Públicas y Transportes.
“Se ha afectado la imagen de la concesión; puede ser que la estructura para llevar a cabo las concesiones no era la idónea, pero la figura en sí de la concesión no es mala”, dijo Segnini.
El Consejo Nacional de Concesiones (CNC) otorgó con esa figura la ruta 27 (San José-Caldera), el aeropuerto internacional Daniel Oduber, el muelle de Caldera y la terminal de contenedores de Moín, Limón, en construcción. El Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) no tiene planes de concesionar otro proyecto de infraestructura pública.
Por el contrario, Segnini manifestó, durante una gira por Parrita, que espera recuperar la administración de la vía a Caldera, mediante un acuerdo con operador, Globalvia. El jerarca reconoce que el modelo de concesión está desprestigiado.
“Voy a decirlo con todas las letras: el costarricense, cuando ve que algo no funcionó al inicio, lo sataniza y dice: ‘Esa figura es mala’, y no es así”.
Ricardo Castro, de la Cámara Costarricense de la Construcción, comentó que el país debe aprovechar todas las alternativas que tenga a su alcance.
“Yo creo que el fideicomiso es una posibilidad, pero yo apuesto más al esquema de concesiones y asociaciones público-privadas, porque en estos esquemas no se usan recursos públicos”, declaró Castro.
Ejerce periodismo desde 2010. Se especializa en investigar compras públicas y uso de recursos estatales. En 2020 recibió mención de honor del Premio Nacional de Periodismo por revelar compras irregulares de CCSS durante la pandemia, en 2021 recibió el Premio Nacional de Periodismo por destapar el robo de la droga fentanilo de hospitales públicos.
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