Cuatro puntos específicos entre Cartago y San Isidro del General son conocidos dolores de cabeza para el Conavi y los usuarios de la carretera Interamericana sur.
Precisamente en esos cuatro sectores, ubicados en el cerro de la Muerte, las lluvias de esta semana ya comenzaron a hacer de las suyas, provocando cierres por hundimientos, levantamientos de la calzada o derrumbes.
Edgar May, gerente de Conservación del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), aseguró que actualmente se presentan problemas en el kilómetro 115 (en Lagunilla) hacia Pérez Zeledón, donde la gran cantidad de lluvia que cayó durante la tarde y noche de ayer provocó un desnivel (una especie de grada) en uno de los carriles, por lo que se mantiene un paso regulado.
Además otro daño recurrente es el hundimiento en el sector conocido como La Ese, en Páramo de Pérez Zeledón, donde según May el problema viene desde la montaña.
Según explicó, se trata de una falla geológica que atraviesa la carretera y que con las lluvias provoca el hundimiento de la calzada. El desperfecto reportado ayer es atendido por cuadrillas del Conavi desde este miércoles.
En el kilómetro 101, en División, los problemas se dan por caída de materiales. Situación similar ocurre en el tramo entre Piedra Alta- San Isidro donde los derrumbes son usuales durante el invierno. En ambos lugares se mantienen pasos regulados.
En todos estos puntos el Conavi tuvo que actuar de manera paliativa, pues la falta de aprobación de los contratos de mantenimiento por parte de la Contraloría, no les permite hechar mano de otras soluciones preventivas como barreras, muros de contención o estabilización de taludes.
"En el caso de los materiales caídos el trabajo es recogerlos, limpiar las alcantarillas, en los hundimientos se repone el material y se nivela la superficie", explicó May.
El ingeniero dijo que para pensar en soluciones a largo plazo y evitar que los problemas se repitan aguacero tras aguacero es necesario realizar estudios geológicos y contratos constructivos más grandes, aparte de los de conservación.
"Para la atención de todas estas situaciones en los contratos de conservación tenemos diferentes tipos de actividades, cada sitio que empieza a presentar problemas lo atendemos, si hay que drenar o meter alcantarilla (..) todos estos trabajos los hacemos como parte de los trabajos de conservación", afirmó May.
Aunque no tiene montos exactos, el encargado de Conservación aseguró que atender emergencias como las presentadas en dichos puntos tienen un costo de unos ¢10 millones en cada caso, pero esto depende del tipo de maquinaria que se moviliza y la cantidad de horas que deben permanecer en el lugar.
Para esto el Conavi cuenta con un procedimiento de imprevisibilidades que permite invertir hasta ¢150 millones para atender de forma inmediata cualquier situación.