En un texto de dos páginas, el obispo y presidente de la Conferencia Episcopal, Óscar Fernández, manifestó su oposición a la unión civil entre personas del mismo sexo.
“La Iglesia respeta a las personas homosexuales, pero ese respeto no puede, en modo alguno, llevar a la aprobación del comportamiento homosexual ni a la legalización de las uniones homosexuales”, expresó el obispo Fernández.
La Iglesia católica considera que la reforma a la Ley de la Persona Joven, que entró a regir este lunes, no se traduce en derechos civiles para las parejas homosexuales.
“Se aprobó un inciso que modifica el artículo 242 del Código de Familia, según el cual las uniones solo se permiten entre parejas heterosexuales”, señaló Marco Castillo, líder del Movimiento Diversidad.
En su lugar, se estableció “el derecho a reconocer las uniones de hecho que constituyan de forma pública y estable, con aptitud legal para contraer matrimonio”.
Es decir, varias parejas homosexuales menores de 35 años y con más de tres años de convivencia asistirán este miércoles a los juzgados de Familia de San José y Heredia a solicitar el reconocimiento de su unión civil, a partir del nuevo portillo legal que fue aprobado por la Asamblea Legislativa el 24 de junio, firmado por la presidenta Laura Chinchilla.
Las parejas piden equidad en derechos como visita en hospitales y cárceles, asumir créditos para vivienda juntos, formalización de derechos de herencia, de patrimonio, de tutela y cargas impositivas.
Freno a la unión. En el documento episcopal, el líder religioso Fernández hace un llamado a la presidenta de la República, diputados y jueces para que reconozcan como unión posible solo el vínculo entre el hombre y la mujer.
“Es de esperar que el fundamentalismo religioso reaccione de este manera. Por eso es que la Iglesia católica está perdiendo adeptos. La homosexualidad es natural, pero ellos no la aceptan”, reaccionó el abogado y líder del Movimiento Diversidad, Marco Castillo.
Los activistas coinciden en que este reconocimiento legal no afecta en nada el desarrollo de las familias heterosexuales en Costa Rica.
“Esto no daña en nada a los heterosexuales. La Iglesia católica hace declaraciones homofóbicas con un ‘pero’ detrás del respeto. Sus afirmaciones van en contra de los derechos. No exigimos ni más ni menos, queremos los mismos derechos”, expresó Marisol Fournier, vocera del Movimiento Diversidad.
Las autoridades eclesiásticas aseguran que el nuevo portillo de la Ley de la Persona Joven se presta para confusiones.
“Ninguna ideología puede cancelar del espíritu humano la certeza de que el matrimonio existe únicamente entre dos personas de sexo opuesto”, agrega el obispo Fernández en el documento.
Los homosexuales confirman que esta lucha responde directamente a la unión civil y no al matrimonio igualitario.