El Informe Estado de la Nación divulgado la semana anterior revela un creciente acatamiento a las sentencias emitidas de la Sala IV. ¿A qué lo atribuye?
La gente acata los fallos porque el costarricense, en general, contrario a mucho de lo que se dice, es una persona que acude a los tribunales para resolver sus conflictos.
”Aun los que son condenados tienen una institucionalidad muy diferente a la que existe en América Latina, en el sentido de un respeto de las buenas instituciones y que nos hacen un país diferente, y eso ayuda muchísimo a que nuestras sentencias se cumplan”.
El estudio detalla que pese al mayor cumplimiento de los fallos, en la mayoría de casos eso no ocurre en el plazo fijado. ¿Podría ser que son tiempos muy cortos?
Uno de nuestros clientes más fuertes es la Caja Costarricense de Seguro Social. La gente viene constantemente porque no le dan un medicamento, porque una operación no se le hace en tiempo, por las filas y tiempos de espera, o medicamentos que le recetan y la Caja no se los da. En esos casos, normalmente la institución cumple en tiempos muy cortos.
”El problema es, y eso es una especie de mea culpa en la Sala, que cuando está de por medio la vida o la salud de una persona, por ejemplo, una niña necesita un medicamento urgente, la Sala ordena darle el medicamento de inmediato. En estos casos desde que se gira la instrucción, se notifica y se entrega el tratamiento pasan dos o tres días. Por eso se ve como incumplimiento del plazo”.
¿Qué pasa con los casos que no se acatan del todo?
Tenemos un acumulado de unas 800 sentencias que no se han acatado. Usualmente, los casos se enviaban al Ministerio Público, pero no pasaba nada.
”En la historia de la Sala solo ha habido una condena por desobediencia. Por eso, estamos buscando un mecanismo novedoso para atacar eso”.