El presidente de la República, Luis Guillermo Solís, insistió esta mañana sobre la necesidad de cambiar el mecanismo de elección del secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), para abrir espacio a las mujeres que deseen optar por ese cargo.
Solís reiteró el planteamiento durante su participación en la cita de un equipo de alto nivel que discute la selección del próximo secretario general de la ONU, convocado por Costa Rica, Estonia y Finlandia en nombre del Grupo para la Rendición de Cuentas, la Coherencia y la Transparencia (ACT por sus siglas en inglés), y The Elders, que es liderado por el exsecretario de las Naciones Unidas, Kofi Annan.
"Nos enorgullecemos del hecho de que Costa Rica presentó y defendió en el Grupo Especial de Trabajo sobre la Revitalización de la Asamblea General, la invitación a los Estados Miembros a presentar mujeres como candidatas para el puesto de la Secretaria General", dijo Solís.
El presidente se refirió de esta manera a las gestiones que encabezó el embajador de Costa Rica ante la ONU, Juan Carlos Mendoza, en abril pasado, donde criticó el sistema actual, que no favorece la postulación de mujeres.
"Costa Rica está convencida de que, después de ocho secretarios generales varones y a la luz de la conmemoración del septuagésimo aniversario de las Naciones Unidas, es momento para que una mujer ocupe ese alto cargo”, había dicho Mendoza en su discurso del 29 de abril ante el Grupo Especial de Trabajo sobre la Revitalización de la Asamblea General.
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En esa oportunidad, Mendoza recordó que históricamente, el nombramiento de los secretarios generales de la ONU se ha decidio en reuniones del Consejo de Seguridad de ese organismo, y no por votación de toda la Asamblea.
Ahora, Solís retoma el discurso, durante su gira de participación en la Asamblea General del organismo mundial en Nueva York.
La propuesta de Costa Rica plantea una votación abierta del órgano multilateral, de cara a la conclusión del mandato del actual Secretario General, Ban ki-Moon, quien dejará su cargo a partir del 31 de diciembre de 2016.
"Necesitamos un Secretario General fuerte, imparcial y sin compromisos. En este sentido, él o ella no debe preocuparse por favoritismos de campaña, reelección y promesas indebidas, sino centrarse en las actuales problemas globales, que claman por nuestra máxima atención", apuntó Solís.