El lado positivo del tico, marcado por la alegría, su espíritu amiguero y el orgullo por su país ocultan la realidad costarricense.
Así opinan dos investigadores consultados por La Nación que califican que la respuesta del tico carece de autocrítica.
“Hay una mitología del costarricense, en la que el tico se cree que es alegre y amiguero, pero en el fondo lo que hay es una gran irresponsabilidad. No es una felicidad construida a partir del compromiso, sino de un ‘¿qué me importa a mí?’, de un estilo fiestero, de salir a la pachanga”, consideró el etnólogo Gabriel Bonilla.
De acuerdo con la investigadora Isabel Román, quien coordina el Programa Estado de la Educación en Costa Rica, mucha de la satisfacción del tico tiene relación con la calidad de su entorno.
“Existe relación entre el usufructo de bienes y servicios del Estado y el malestar que ocurre cuando estos fallan”, explicó.
Gabriel Bonilla también agregó que el fútbol cumple el objetivo de distraer a un país, que olvida hasta qué es un puente bailey .
“El nacionalismo nuestro dura lo que dura un partido de fútbol. Tendemos a crear mitos de que es el país más feliz del mundo, que somos los más educados de Centroamérica y esas características, que hace 50 o 60 años eran ciertas, hoy no son así”, criticó el especialista en análisis social.
En el país más feliz del mundo, 87% de los consultados concuerdan en que la alegría es el valor que más los identifica.