La Cruz, Guanacaste. Estudia con luz de candela y sin ponerle quejas al esfuerzo. Desde sus siete años agarra el machete y ayuda a su familia a sembrar los frijoles y el maíz que ponen sobre la mesa.
Kevin Condega Vásquez tiene 17 años y sabe que sin estudio no hay progreso.
Este guanacasteco será, hoy, el costarricense que reciba la Antorcha del 193 aniversario de la Independencia, en el puesto fronterizo con Nicaragua, en Peñas Blancas. El joven es campeón nacional de campo traviesa y estudiante de décimo año del Colegio Técnico Profesional Barrio Irving.
Todos los días su jornada empieza a las 4 a. m. A esa hora prepara el desayuno solo y luego agarra el bus del colegio, en un recorrido de dos horas y media –66 km–, ida y vuelta, desde La Libertad de La Cruz hasta el centro educativo.
“Para salir de pobre, hay que estudiar, aunque haya barreras. Nada puede ser fácil”, dijo Condega.
Kevin vive solo en una casa que le presta don Ballardo –un amigo de la familia–, porque sus papás habitan en una loma en San Fernando, un pueblo 10 km más adentro de La Libertad, rodeado de montañas y del sonido de chicharras.
Sus fines de semana son para jugar mejenga en el barrio, volar rueda en bicicleta y dedicar tiempo a hacer las tareas de Administración Aduanera, especialidad que cursa en el colegio técnico.
Desde la choza de madera de su familia, se puede ver el lago de Nicaragua. Para llegar a donde sus familiares, se cruzan dos quebradas, se sube y se baja la montaña, en un recorrido donde la suela choca con el lastre y el barro.
Frente a la cocina de leña de la casa, de piso de tierra, y desde la loma que topa con la frontera, su padre, Ramón Condega, recuerda que esas tierras fueron campamentos de disputa entre sandinistas y los contras, desde 1979, cuando empezó la Revolución sandinista.
“Estos eran campamentos, nosotros veíamos pasar los aviones, aquí había soldados con armas. Ahora tenemos un pueblo tranquilo, nadie nos molesta. Vivimos, y dejamos vivir”, dijo Condega.
Para sus papás y sus dos hermanos, Kevin es un luchador incansable por el deporte y el estudio.
“Para mí, él es un orgullo. Siempre les he dicho que si quieren algo, tienen que pulsearla; nada es gratis en la vida”, manifestó su mamá Natalia Vásquez.
La Tea de la Independencia, símbolo de unión entre los pueblos centroamericanos, recorrerá, desde hoy, 386 km del puesto fronterizo en Peñas Blancas, Guanacaste, hasta llegar a Cartago, mañana en la noche. Pasará por las manos 20.000 estudiantes de todo el país.
Un ejemplo. Kevin no les arruga la cara al trabajo ni al mal tiempo. Antes de entrar al colegio técnico, estudió en el Colegio Telesecundaria Las Brisas, en La Cruz, donde camina unos 10 km desde su casa hasta llegar el aula, sin importar las horas bajo el sol o la lluvia.
Su hermano mayor, Jonathan, tiene 19 años y había dejado de estudiar desde que terminó la escuela y ver la superación de Kevin en lo académico y lo deportivo lo motivó a retomar las aulas hace dos años.
La historia de la familia Condega Vásquez no ha sido fácil. Hace cuatro años perdieron tres hectáreas de terrenos por unos problemas con familiares y les quemaron la casa para desalojarlos.
“Perdimos todo. Un vecino nos daba la dormida en su casa, pero quedamos sin nada y mi papá nos enseñó a empezar desde cero, a no quejarnos, pero sí fueron tiempos muy duros”, agregó Kevin.
Para la directora del colegio, Johanna Ampié y para el profesor Manuel Corrales, Kevin es un ejemplo de esfuerzo, humildad, dedicación y servicio.
“Querer es poder. Si usted dice que va a fracasar, fracasa, pero si se esfuerza obtiene sus resultados”, concluyó el joven, mientras en su casa solo la candela alumbraba.