Viviana Paniagua siempre acompañaba a su hijo Hassán, de nueve años, hasta el portón de la Escuela Santa Rita, en el lugar conocido como Infiernillo, en Alajuela.
Un día él le pidió que lo dejara ir solo y, aunque dudó, al final ella le dio el permiso.
Pasados unos minutos, la madre escuchó una balacera y, aterrorizada, llamó al centro educativo. La información que le dieron le devolvió el alma, pues Hassán acababa de entrar cuando comenzó el enfrentamiento a balazos entre miembros de bandas delictivas.
El año pasado, esas situaciones se hicieron tan frecuentes que se modificó el horario de clases e incluso el centro educativo estuvo a punto de cerrar, explicó el director, Martín Rojas.
Uno de los últimos episodios ocurrió en diciembre , cuando dos bandas rivales se enfrentaron a tiros, justo cuando los escolares celebraban la fiesta de la alegría.
Es por ese motivo que la Fuerza Pública incrementó la presencia policial en el barrio, lo que, según la viceministra de Seguridad, María Fulmen Salazar, ha tenido resultados positivos.
“No solo bajaron la violencia y los tiroteos, sino que la señal más clara es que la escuela no se cerró. El centro educativo sigue trabajando con normalidad y esperamos que siga así. Nuestro compromiso es seguirlos acompañando”, comentó la jerarca, quien aseguró que mantendrán la vigilancia.
El mismo protocolo se seguirá en otros barrios considerados de alto riesgo, informó Juan José Andrade, director de la Fuerza Pública, quien detalló que el Operativo Clase Segura se iniciará hoy martes y desplegará a unos 3.000 oficiales en todo el país.
Ellos se dedicarán a vigilar, capacitar a estudiantes y decomisar droga en centros educativos.
La Fuerza Pública celebró ayer el inicio de las clases en la Escuela Santa Rita con inflables, palomitas de maíz y la entrega de útiles escolares que los mismos efectivos recolectaron.