Más de un centenar de profesores obtuvieron una plaza en propiedad en el Conservatorio De Castella, informó ayer el Ministerio de Educación Pública.
Históricamente, este centro de artes ha tenido una mayoría de docentes en plazas interinas.
Estas plazas tenían prórrogas consecutivas cada año.
El cambio ocurre debido a que, en el 2012, una profesora interina interpuso un recurso de amparo (expediente No. 12-003946-0007-CO) para que dichas plazas fuesen otorgadas en propiedad por concurso público. Este fue declarado con lugar el 18 de mayo del 2012.
Así, la Dirección General de Servicio Civil habilitó un concurso público abierto cuya recepción de ofertas se hizo del 16 al 20 de junio del 2014 y luego, del 9 al 23 de julio. Se postularon tanto profesores interinos del Castella como de otros centros educativos.
El Servicio Civil evaluó a cada candidato por requisitos como títulos académicos, años de experiencia docente, premios, reconocimientos y publicaciones.
Finalmente, en diciembre, el Servicio Civil presentó al MEP las ternas de candidatos idóneos por puesto y allí se eligió un total de 101 profesores en propiedad.
También decidió que “38 docentes se deben cesar en razón de que otros funcionarios ingresaron en las plazas que ellos ocupaban de forma interina”, detalló ayer un comunicado oficial.
Polémica. Los nuevos nombramientos no han estado exentos de polémica, puesto que 38 profesores interinos –algunos de los cuales tenían más de una década en sus puestos– fueron relevados.
“Los que no ganaron las plazas fue porque no tuvieron la calificación necesaria. No tenían título universitario idóneo o suficiente, o quizás tenían pocos años de experiencia. En algunas plazas, la competencia fue muy dura porque había candidatos muy buenos”, comentó la profesora de guitarra y abogada Nuria Zúñiga.
Ese es el caso de Jorge Vargas Blanco. “Yo fui uno de los que perdí mi plaza después de ocho años interino, teniendo título académico y experiencia como profesor de clarinete”, dijo. También es el caso del saxofonista Ronny Ugalde, quien llevaba 30 años de dar clases allí. Algunos de los desplazados fueron alumnos y han sido profesores por años.
“Una persona, después de trabajar en un puesto interino con buenas calificaciones, merecería tener su plaza en propiedad”, apuntó Héctor Murillo, profesor de acordeón.
“Pienso que, con estos nombramientos, se ve afectada la filosofía de que el artista, por lo que hace, evidencia su calidad y su experiencia. Muchos de los grandes artistas y profesores que quedaron fuera no tenían los requisitos que muy atropelladamente se pusieron”, manifestó Jorge Luis Alvarado, profesor de piano del Castella desde hace 16 años. Él ganó su plaza en propiedad.
La Nación intentó localizar a Mario Torres Montiel y a Lilliam Jiménez, del Sindicato Patriótico de la Educación (Sinpae), para conocer mejor la posición de los profesores que perdieron sus plazas y las acciones que tomarán, pero al cierre de edición no respondieron sus respectivos celulares.
“Desde diciembre y hasta la fecha, hemos tenido constante comunicación con autoridades del colegio y personal de esa institución para buscar soluciones oportunas dentro del ámbito técnico y legal”, aseguró el MEP.