La estructura de la mayoría de busetas que transportan estudiantes en el país no permite colocar de manera segura las sillas especiales que exige la ley de tránsito.
Así lo hicieron ver los dueños de los microbuses, pero también lo aceptaron autoridades del Consejo de Seguridad Vial (Cosevi).
El artículo 94 de la ley de tránsito exige la instalación de sillas especiales para el transporte estudiantil de menores. En abril anterior, un reglamento especificó el tipo de asiento que debe usarse según la edad o altura del niño.
El criterio de los transportistas es que sus vehículos vienen diseñados con cinturones de dos puntos; es decir, que rodean la cintura del ocupante. No obstante, las sillas necesitan de cinturones de tres puntos para ser instaladas de manera correcta.
Los cinturones de tres puntos se sujetan de un lugar alto de la carrocería y los otros dos alrededor de la cintura del pasajero, pero en las busetas no se pueden instalar por la forma de la estructura.
La Administración Nacional de Seguridad Vial de los Estados Unidos (NHTSA, por sus siglas en inglés), establece que la manera correcta de usar estos asientos es con cinturones de tres puntos, porque impiden que en un accidente el impacto haga que el dispositivo, junto con el niño, se desprendan.
“Lo único que podríamos hacer es colocar una barra de metal por las ventanas para asegurar ahí el tercer punto del cinturón, pero en Riteve no permiten hacer modificaciones a la estructura de la buseta”, explicó Jesús Campos, representante de la Asociación Nacional de Transportes (Anatrans).
Transitorio. German Valverde, director del Cosevi, aceptó que hubo un error al publicar la ley sin antes verificar el tipo de microbuses que circulan en el país.
“Lo que falló fue no ir a ver la realidad de la flota nacional en el momento que se promulgó la ley. No es un error exigir las sillas, pero sí no haber provisto a la ley de un transitorio para lograr que ese tipo de transporte pudiera cumplir con ese tipo de dispositivos”, comentó el representante del Cosevi.
Valverde comentó que el tipo de asientos, el espacio interno de algunos vehículos e incluso la estructura “hacen casi imposible aplicar la legislación”.
Ante los alegatos de los transportistas y la confusión en la normativa, Mauricio González, viceministro de Infraestructura y quien fungió hasta esta semana como viceministro de Transportes y Seguridad Vial, se comprometió a someter a revisión la ley.
El jerarca incluso garantizó que no ordenaría operativos de tránsito específicos para verificar el uso de los polémicos asientos mientras no se aclare la aplicación de la regla.
Pruebas. Jesús Campos, representante de los transportistas, explicó que ya han hecho pruebas con las sillas y se toparon con dos inconvenientes.
Según dijo, por un lado los cinturones no sostienen los asientos, y por otro, en algunos lugares esas sillas no caben.
“Me gustaría que los que firmaron esa ley agarren y coloquen las sillas y se den cuenta de que no funcionan en las microbuses, incluso en las de modelo reciente. Es un asunto de lógica”, expresó.
Los transportistas propondrán un texto para modificar la ley que les exige el uso de los dispositivos de seguridad para menores.
Ellos llevarían esta petición a los diputados para su estudio.
Campos insistió en que los problemas de aplicación por los cuales fueron eximidos de cumplir esta medida los taxistas y los dueños de buses, los tienen ahora los transportistas de estudiantes.