“El país necesita educación sexual, pero de la de verdad. Las nuevas propuestas siguen teniendo el mismo enfoque conservador en donde todo se centra en la parte biologista y nada más”.
Las palabras de Tatiana Quirós, de 21 años, también se reflejan en la II Encuesta Nacional de Juventudes. El 87,6% de los encuestados asegura estar de acuerdo en que se brinde una buena educación sexual en los colegios.
De hecho, no todos expresan haber tenido la mejor educación sexual ni de sus padres ni de los centros educativos.
Por ejemplo, hay un 13,6% que dice que nunca recibió información sobre cómo prevenir enfermedades de transmisión sexual y un 15,9% nunca fue informado sobre métodos anticonceptivos.
Entretanto, el 31,8% de los encuestados afirman que no fueron educados sobre la responsabilidad que conlleva el acto sexual.
Asimismo, el 32,1% aseguran que nunca se le habló sobre el derecho de decidir cuándo tener relaciones sexuales y cuando no; y el 36,2% nunca conversó sobre el placer y disfrute de la sexualidad.
La encuesta también señala que al 46,5% no se les explicó cuándo debe visitarse a un ginecólogo o a un urólogo y el 63,4% no recibió información sobre anticoncepción de emergencia.
Lo que falta. Para Óscar Valverde, asesor del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), aún queda mucho camino por recorrer.
“Debemos profundizar los esfuerzos por una educación sexual integral, científicamente fundamentada, que no se limite a la dimensión genital y coital pero que tampoco la excluya; que aborde a las personas desde que son niñas y niños en edad preescolar. Necesitamos hacer más accesibles y amigables los servicios de salud, particularmente para adolescentes y jóvenes”, aseveró.