Los diputados de la Comisión de Ambiente enterraron este jueves el proyecto de ley que obligaba al Estado a consultar cualquier plan de índole ambiental con una asociación de campesinos de Puerto Viejo de Sarapiquí.
Se trata de la misma iniciativa que sería sometida a consulta de la población mediante un referendo, a solicitud de la Asociación de Campesinos Ambientalistas por el Pulmón del Mundo.
Por unanimidad, los legisladores acordaron archivar esa reforma al artículo 6 de la Ley Orgánica del Ambiente, tras considerar que podría violar el principio de igualdad.
Según el presidente de la Comisión, Abelino Esquivel, de Renovación Costarricense, dicho grupo no necesariamente reúne el sentir de toda la población: "No es la voluntad unánime", declaró.
El legislador del Frente Amplio, Edgardo Araya, agregó: "Independientemente del bien o el mal, el proyecto ocasionaría una violación al principio de igualdad, porque se están excluyendo otras organizaciones que también protegen al ambiente".
Referendo en pie. El entierro que le dieron los diputados a la iniciativa no afecta la solicitud de referendo que hizo la Asociación de Campesinos al Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).
De acuerdo con el letrado del TSE, Andrei Cambronero, se trata de procesos diferentes.
"El trámite ante el TSE es completamente independiente. El Registro Electoral ya finalizó el conteo de las firmas y emitió el respectivo informe a los magistrados, ahora serán ellos quienes deben definir si hay o no convocatoria a referendo", dijo Cambronero.
Añadió que los magistrados no tienen un plazo para resolver, pero que en dicha solicitud están "abocados con relevancia".
La Asociación de Campesinos Ambientalistas por el Pulmón del Mundo planteó el referendo, después de recolectar 155.356 firmas y cumplir así con el requisito de tener el apoyo de al menos el 5% de los costarricenses incluidos en el padrón electoral.
Ese grupo es el mismo, cuyos seguidores estuvieron acampando durante meses entre el 2012 y el 2013 frente a la Asamblea Legislativa y a la Presidencia de la República, liderados por un dirigente llamado Marco Aurelio Carpio.