Hace dos semanas, cuando la presión por el cierre del botadero de Río Azul era inminente, el presidente de la República, José María Figueres, llamó a una reunión urgente, precisamente la noche del viernes 28 de abril.
La invitación llegó a los dirigentes comunales de las barriadas aledañas al vertedero de Río Azul, por medio del ministro de Asuntos Específicos, Víctor Ojeda: "El presidente de la República, José María Figueres, quiere sentarse a hablar con ustedes."
Todos los representantes de las cinco asociaciones (Tirrases Arriba, Tirrases centro, Calle Churuca, San Antonio y Río Azul) se presentaron en la Casa Presidencial el pasado 28 de abril a las 7 p.m.
En el encuentro, la única asociación que prefirió hablar en forma independiente con el mandatario fue la de Río Azul. El presidente de una de las asociaciones, quien no quiso identificarse, aseveró que las peticiones de esa comunidad eran más grandes que las del resto y por eso dialogaron separadamente.
No obstante, Bolívar Alvarez, presidente del grupo de Tirrases centro, dijo: "Todos firmamos el documento en que nos comprometiamos a hablar de la prórroga por 12 meses más a cambio de continuar con el cierre técnico y la titulación de terrenos a 1.900 familias."
Además del presidente Figueres, los diferentes dirigentes dialogaron por casi tres horas con el ministro Ojeda y su asesor Marcos Sánchez.
Hasta ayer, durante una conferencia de prensa convocada por los líderes de dichas asociaciones en la que manifestaron su oposición al cierre de Río Azul, se dio a conocer lo pactado en una reunión secreta: Aceptar un proceso de diálogo para dar una prórroga de un año.
De igual forma, mostraron copia de una carta fechada el 10 de mayo pasado y firmada por Víctor Ojeda, en la cual está de acuerdo en iniciar el proceso de titulación de terrenos, en vista de que los vecinos aceptan comenzar las negociaciones para una prórroga de 12 meses.
Reiteradas negativas
Discusiones y protestas contra las autoridades nacionales han sido la constante que ha rodeado el botadero de Río Azul, con 23 años de funcionamiento que agotaron su uso.
12 de mayo de 1994: Luego de tres días de suspensión, los vecinos de Río Azul reabren el botadero, con la condición de que en un año se daría el cierre definitivo, a lo que el Gobierno se compromete con la firma de un acuerdo.
15 de febrero 1995: Ante el anuncio de una solicitud de prolongar el cierre del botadero, el presidente de la Asociación de Desarrollo Comunal de Río Azul, Juan Bosco Vargas, recalcó el deseo de la población por clausurar el uso de esas instalaciones.
23 de febrero: Juan Bosco Vargas advirtió que la solicitud de por una ampliación del funcionamiento del botadero causaría "mucho malestar en los vecinos".
10 de mayo: Cerca de 200 personas reunidas en la Escuela de Río Azul dijeron no a la prórroga y acusaron el ministro de Asuntos Específicos, Víctor Ojeda, de incumplir las promesas hechas a las comunidades.
11 de mayo: Durante una reunión de vecinos de Río Azul de La Unión, Tirrases de Curridabat y San Antonio de Desamparados se negaron a aceptar postergaciones para el cierre del relleno.
-Fuente: Centro de documentación de La Nación.