El deslave ocurrido en la ruta 32, el miércoles a la entrada del puente sobre el río Parismina, ya lo había advertido el Laboratorio de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) al Conavi.
El Laboratorio, entidad asesora del Estado, había adelantado que las vías de la provincia de Limón, entre ellas la ruta 32, principal carretera que conduce a Limón carecen de un mantenimiento preventivo. Lo anterior, lo dio a conocer en el informe de estado de vías, publicado en junio anterior.
Luis Guillermo Loría, coordinador del Programa de Infraestructura de Transportes del Lanamme,explicó que en el caso puntual de la ruta 32, se debe mejorar los revestimientos de concreto en el cañón de los ríos –a la entrada de los puentes– para evitar el impacto directo del cauce. También dijo que no existe monitoreo de los afluentes.
El miércoles, una cabeza de agua derrumbó el bastión izquierdo del puente sobre el río Parismina, y eso obligó al cierre del paso por la ruta 32.
Anoche estaba prevista la reapertura de la carretera. El costo de las obras asciende a ¢150 millones.
Loría, indicó que el deslave se hubiera evitado si ese puente estuviera dentro de un programa de obras de prevención.
Solo así se les protegería de esas eventualidades de la naturaleza, enfatizó. Loría declaró que en reiteradas ocasiones advirtieron al Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) de que la ruta 32 está “de primerísima” en el orden de prioridades para hacer obras de prevención.
Otras vías que también están en la mira del Lanamme por las mismas causas son las Interamericana Sur, Interamericana Norte y otras carreteras dentro del Valle Central, como la Circunvalación.
200 pasos de agua. Eddy Baltodano, director regional de la zona atlántica del Conavi, dijo desconocer la existencia de un informe que previera el deslave de la vía.
Aceptó que el Conavi no cuenta con un registro de cada uno de los pasos de aguas sobre esa carretera, su estado y sus peligros.
El funcionario del Conavi añadió que a lo largo de la autopista a Limón existen más de 200 pasos de agua, entre alcantarillas, puentes y caños, que presentan algún grado de vulnerabilidad.
Dijo que el presupuesto del Conavi no permite hacer obras de mitigación “de un día para otro”.