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Mientras su hija Raquel aún resentía el pinchazo de la vacuna que le acaban de aplicar, Miriam Calderón aclaró dudas con la enfermera Laura Chavarría, en una cita ayer en el Ebáis de Quebradilla de El Guarco. | RAFAEL PACHECO (Rafael PACHECO GRANADOS)
La CCSS tiene prácticamente lista sobre la mesa una propuesta para desentenderse del financiamiento de los 1.014 Ebáis que hay en el país, y que el costo total de operarlos, unos ¢330.000 millones anuales, lo asuma el Estado.
A la idea solo le faltan unos “detalles”, explicó Édgar Marín, directivo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) e integrante de la comisión financiera que está gestando la iniciativa.
El economista se adelantó a aclarar que la institución seguiría siendo la que brinde los servicios médicos, por lo que la idea solo gira en torno a de dónde podrían provenir los recursos para sufragar el primer nivel de atención en salud.
¿Qué busca la Caja con ese cambio en sus finanzas?
En palabras del directivo, poder destinar más dinero hacia el segundo y tercer niveles; es decir, a las clínicas y los hospitales.
Gustavo Picado, gerente financiero, mencionó que lo que se pretende es dirigir más recursos hacia infraestructura, equipamiento y tecnología, con el fin de lograr una mejor calidad en la prestación de los servicios.
El plan también contempla que se asigne entre un 1,8% y un 2% del producto interno bruto (PIB) del país a los Ebáis, pues dichos centros tienen “una característica particular, y es que no son excluyentes, sino de cobertura universal”, precisó el gerente.
La propuesta –que se presentará en un proyecto de ley–, estaría lista a más tardar en diciembre.
Sobre este tema, desde el lunes se intentó obtener el criterio del viceministro de Egresos, José Luis Araya, pero en el Ministerio de Hacienda se informó de que no estaría disponible ese día ni ayer.
Los Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (Ebáis) son el primer filtro de los servicios médicos públicos.
En estos centros los pacientes reciben consulta de médicos generales y, además, allí se realizan vacunaciones, se entregan medicamentos y se realizan exámenes de laboratorio, entre otros.
Esta es la primera vez que la Caja pretende un financiamiento para el Seguro de Enfermedad y Maternidad (SEM) que vaya más allá de las contribuciones obrero-patronales que se realizan mes a mes.
Sin embargo, el tema ya fue expuesto en el país desde mediados de julio, cuando el costarricense Fabio Durán, experto en seguridad social de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), expuso, en el marco del Diálogo nacional: el seguro de salud costarricense en el contexto de la Salud Pública , que el sistema de salud tico debía innovar la manera en que capta recursos.
Una de las ideas sería “con más impuestos”, comentó Durán.
Búsqueda de fondos. En ese último punto se centraría la captación de fondos, de parte del Estado, para subvencionar los Ebáis, según la propuesta inicial de la Caja.
Actualmente, el SEM se sostiene con los aportes de 1,2 millones de trabajadores (que dan el 5,50% de su salario); 90.000 patronos (que entregan el 9,25% sobre las remuneraciones); y el Estado, que aporta el 0,25%.
Con ese dinero –para este año se presupuestaron ¢2,4 billones– se paga desde la adquisición de medicamentos y equipos, hasta los salarios de todo el personal de salud y administrativo.
El gerente financiero cree que el planteamiento está acorde con los tiempos debido a los cambios demográficos que experimenta el país, pues cada vez son menos los aportes al seguro social.
Datos de la Caja indican que mientras que entre el 2007 y 2009 los ingresos crecieron a un ritmo del 20% anual, en los últimos dos años no han superado el 8%.
