Una cosa es ir a la escuela en el cantón de Belén y otra muy diferente es hacerlo lejos de la capital, en un lugar como Guatuso.
Ahí, en las regiones periféricas del país, como la Huetar Norte, Huetar Atlántica y Brunca, se concentran las condiciones más desfavorables para estudiar.
Desigualdades en aspectos como acceso a la educación y tecnologías quedaron evidenciadas en el índice de situación educativa (ISE), desarrollada para el IV Informe Estado de la Educación.
La herramienta, compuesta por seis indicadores, arroja un puntaje para calificar la situación de la educación en cada uno de los 81 municipios del país en el 2011.
Al analizar datos de años previos, el índice también permite ver la evolución de cada cantón en el tiempo y las brechas con base en un puntaje de 0 a 100.
Altos y bajos. En el caso de la educación primaria, la mejor calificación para el 2011 correspondió a los cantones de Belén, Montes de Oca y Santo Domingo. En los últimos tres lugares quedaron Talamanca, Buenos Aires y Guatuso.
En secundaria, el mejor rendimiento fue para Montes de Oca, Moravia y Santo Domingo, mientras Talamanca, Guatuso y Matina tuvieron los puntajes más bajos.
“En términos generales, el índice es mayor en primaria que en secundaria y, por ende, las brechas cantonales son más amplias en este último nivel”, señala el informe.
Entre el 2010 y el 2011, el 85% de cantones aumentó la calificación en primaria, mientras en el caso de los colegios, el 60% de cantones ascendió. La mitad tuvo mejoras simultáneas en ambas categorías.
Los indicadores con mayores variaciones fueron los de infraestructura y uso de nuevas tecnologías. A criterio del ministro de Educación, Leonardo Garnier, la inversión en ambos aspectos ha sido particularmente significativa durante sus siete años de gestión.
En tanto, las brechas más pronunciadas fueron en uso de tecnologías, para primaria, y acceso, en secundaria. Este último parámetro mide la relación entre el número alumnos matriculados y los que deberían estar matriculados en ese nivel, según su edad.
Aunque los puntajes han crecido en los últimos años, las desigualdades entre los cantones con las mejores y peores notas persisten.
“Las brechas son inaceptables; no podemos tener alumnos tipo ‘a’ y tipo ‘b’. Justamente por esto es tan importante que la política pública atienda las desigualdades”, expresó Isabel Román, directora del Estado de la Educación.
Garnier aseguró que se ha caminado en cuanto a las brechas socioeconómicas. “La escolaridad promedio aumentó en todos los quintiles, pero más en el quintil más pobre: un 12,2%, que es el doble que en los otros quintiles”, señaló.
El éxito de las políticas depende de los datos disponibles y, según el investigador Dagoberto Murillo, el MEP tiene mucho que crecer en este aspecto, pues se requiere información de los estudiantes desagregada a nivel geográfico.