La carretera Bernardo Soto, que une Alajuela y San Ramón, se ganó en el 2013 el título de más peligrosa del territorio nacional.
Durante este año, en esa vía de 59 kilómetros han muerto 23 personas producto de choques o atropellos. En ninguna otra carretera murió tanta gente, según indican las estadísticas de la Policía de Tránsito y el Consejo de Seguridad Vial.
La cifra es relevante, sobre todo si se toma en cuenta que esa vía será una de las más utilizadas por los vacacionistas este fin de año. Lo mismo ocurre con la carretera San José-Caldera.
Descuidos de los conductores por exceso de velocidad, adelantamientos prohibidos y, en ocasiones, las inclemencias del tiempo, son la causa de la mayoría de los percances ocurridos en esta zona.
La segunda vía más peligrosa es la Interamericana Sur que sumaba 19 muertes, seguida de la ruta 32 (San José-Limón), con 18 pérdidas al 14 de diciembre.
Este año, hasta la segunda semana de diciembre habían muerto 220 personas en carretera.
Silvia Bolaños, viceministra de Transportes, explicó que el exceso de velocidad fue la principal causa de muertes por accidentes en vías.
El abuso de la velocidad acumulaba, a la segunda semana de diciembre , 76 decesos en todo el país: 29% del total de fatalidades.
Por otro lado, durante el 2013 el consumo de alcohol al volante sumaba otras 20 personas fallecidas.
Bolaños mencionó que la invasión de carril cobraba, hasta la mitad de este mes, 53 vidas.
Ruta de cuidado. Por la Bernardo Soto – que forma parte de la carretera Interamericana Norte– transitan entre 30.000 y 40.000 vehículos al día, según datos del Departamento de Planificación del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT).
En el 2012 comenzaron reparaciones urgentes que en solo 7,1 kilómetros consumieron el 71% (¢5.041 millones) del presupuesto previsto para la conservación de vías.
Los arreglos, sin embargo, quedaron inconclusos, pues aún faltan los sistemas de drenaje.
Esta carretera, además, tiene planes para ampliarse a cuatro carriles. El proyecto fue dado en concesión por el Gobierno a la constructora brasileña OAS.
Sin embargo, en abril, luego de protestas por el alto costo de los peajes que cobraría OAS, el Gobierno decidió ponerle fin el contrato de concesión. El Estado deberá pagarles a los brasileños $35 millones.
Entre las mejoras que iba atener esa vía, figuraban barreras y carriles más amplios.
“Ahora las personas deben conducir con precaución porque ese tramo aún está inseguro. Miles se trasladan a las zonas costeras a vacacionar y esto incrementa los adelantamientos”, advirtió la viceministra Silvia Bolaños.
German Marín, director de la Policía de Tránsito, recordó además que la Bernardo Soto carece de demarcación en algunos tramos, por lo que también llamó a los conductores a estar muy alertas. Según él, son los choferes los que hacen peligrosa una carretera.
“Precaución y manejar a la defensiva son la clave del éxito para evitar los accidentes en carretera. Si los conductores cumplen con esto, un accidente sería eso: un accidente”, sostuvo Marín.