“Nosotros, los participantes en la jirga de paz, instamos a todas las partes implicadas en esta guerra a poner fin al baño de sangre”, declaró Qiamuddin Kashaf, su vocero.
El vicepresidente de la jirga indicó que los 1.600 representantes de las tribus y de la sociedad civil reunidos piden al Gobierno que elabore un programa con amplia base, que represente a todas las tendencias en el país, para conducir los esfuerzos de paz con los talibanes.
Previamente, los participantes en esta asamblea transmitieron al presidente Hamid Karzai la lista de sus recomendaciones. Esta jirga era considerada por algunos observadores como la “última oportunidad” para restaurar la paz.
El grupo, que solo tiene un papel consultivo, fue convocado por el presidente Karzai, en el marco de sus intentos para iniciar negociaciones con los talibanes.
No obstante, los rebeldes, cuyos comandos lanzaron el miércoles un ataque fallido al comenzar la asamblea para boicotearla, la consideraron un “instrumento de propaganda de las fuerzas de ocupación”. Los talibanes se niegan a dialogar antes de la retirada total de las tropas extranjeras.