Ciudad de Guatemala (AFP). El tribunal guatemalteco que condenó al exdictador Efraín Ríos Montt a 80 años de prisión por genocidio, se inhibió este lunes de seguir conociendo el caso luego de que una sala de apelaciones le ordenó acatar la resolución de la Corte de Constitucionalidad (CC), que anuló hace una semana la sentencia.
“El Tribunal (Primero A de Mayor Riesgo) se excusó de seguir conociendo el proceso (por genocidio) y lo elevó a la Sala Primera de Mayor Riesgo que debe designar a otro tribunal”, indicó una fuente del querellante Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos (Caldh).
De acuerdo con la fuente, que prefirió el anonimato, un oficial del tribunal a cargo de la jueza Jazmín Barrios les notificó por la vía telefónica sobre la inhibición de los jueces y aún desconocen los tiempos procesales para que se designe a los nuevos magistrados que retomarán el juicio.
Este lunes, la Sala Primera de Apelaciones ordenó al Tribunal acatar la resolución de la CC que anuló la sentencia condenatoria contra Ríos Montt el pasado 10 de mayo y retrotraer el juicio al 19 de abril, cuando se llevaba un mes de iniciado el proceso.
Según el fallo de la Corte, el juicio debe regresar al punto en que quedó el 19 de abril cuando la Sala Tercera de Apelaciones ordenó suspender provisionalmente el proceso al acoger un recurso de amparo presentado por el abogado de Ríos Montt, Francisco García, a raíz de su expulsión del juicio el mismo día en que se inició, el 19 de marzo.
Ríos Montt, de 86 años, quien permanece desde el 13 de mayo en un hospital militar, había sido condenado a 50 años de prisión por genocidio y 30 años por crímenes contra la humanidad como responsable de la masacre a manos del Ejército de 1.771 indígenas mayas-ixiles en el Quiché, durante su gobierno de facto entre 1982 y 1983.
El mismo tribunal había absuelto por los mismos cargos al general retirado José Rodríguez, exjefe de inteligencia militar durante el régimen de Ríos Montt, considerado uno de los más cruentos de la guerra civil (1960-1996) en Guatemala, que dejó 200.000 muertos y desaparecidos, según la ONU.