Ventimiglia, Italia AP, EFE Italia advirtió el domingo de que tomará represalias contra la Unión Europea (UE) si sus Gobiernos no hacen su parte en las propuestas para recibir a más solicitantes de asilo.
La advertencia la lanzó Roma en momentos en que migrantes desesperados por alcanzar el norte de Europa, acamparon por tercer día a lo largo de las fronteras del norte de Italia, cada vez más reforzadas por sus vecinos.
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, amenazó con adoptar un “plan B” no especificado si la UE no muestra una mayor solidaridad con Italia, que ha llevado la peor parte de la labor de rescatar a los migrantes en el mar y prestarles primeros auxilios en centros de acogida en todo el país, todos desbordados de refugiados.
El ministro italiano del Interior, Angelino Alfano, dijo ayer que la UE se va a topar con “una Italia diferente” si no aprueba un plan de redistribución de refugiados durante una reunión de ministros del Interior esta semana en Luxemburgo.
Renzi consideró insuficiente y “casi una provocación” la propuesta de la Comisión Europea de repartir solo a 24.000 demandantes de asilo sirios y eritreos entre los Estados miembros, y a la que además se oponen muchos de ellos.
Por su parte, Alfano dijo que también presionaría para obtener ayuda europea a fin de repatriar a los inmigrantes que no califiquen para obtener asilo. Agregó que Italia asumió el año pasado el costo de repatriar a casi 16.000 migrantes que no calificaron para recibir el estado de refugiados.
“Lo diré con mucha claridad. ‘Muchachos: ya sea que hagamos una distribución equitativa de los migrantes en Europa, o bien organizamos campamentos de refugiados en Libia, o podemos organizar una política seria de repatriación, si Europa no cumple su responsabilidad y se solidariza, se topará con una Italia diferente’”, dijo Alfano.
La disputa diplomática ocurre mientras los migrantes continúan languideciendo en puntos clave a lo largo de las fronteras de Italia con sus vecinos del norte, después que la Policía francesa bloqueó los cruces fronterizos la semana pasada, incluso el de Ventimiglia, cerca de sitios turísticos en la Riviera francesa, como Niza y Saint-Jean-Cap-Ferrat.
“¿Dónde están los derechos humanos? ¿Dónde está la humanidad? Este es un gran problema para nosotros”, dijo Naser Alden Abdulaziz, un migrante de Darfur, Sudán, que estaba entre unas 200 personas, la mayor parte de Sudán, Libia y Eritrea, que protestaron por tercer día en la frontera de Ventimiglia.
Campos improvisados. Tiendas de campaña, espacios comerciales y hasta túneles, son los campos de refugiados improvisados que Italia ha instalado para dar cobijo y ayuda a los cientos de inmigrantes que se han quedado bloqueados en el país tras el cierre de las fronteras de los Estados vecinos.
Son centenares de inmigrantes llegados en pateras (embarcación pequeña) desde Libia y atrapados en una Italia en la que no se quieren quedar y con destino a una Europa que nos los quiere.
Se supone que esta situación se produjo por el cierre del espacio europeo de Schengen hasta este lunes, debido a la finalizada cumbre del Grupo de los Siete (G7) celebrada en Alemania y por lo que los países limítrofes Francia, Austria y Alemania impiden el paso a los inmigrantes.
Por ello, desde hace días vagan por las estaciones de las principales ciudades italianas a la espera de coger el tren que les lleve a Suecia, Alemania, o Francia, donde encontrar a sus familiares, y cuyo billete han pagado con un enorme esfuerzo económico que los ha dejado sin dinero.
Aunque con retraso, tras días de polémica, las autoridades italianas se movilizaron para crear improvisados campos de refugiados en Ventimiglia y cerca de las estaciones Tiburtina de Roma y la Central de Milán.
Desde anoche, los llamados “cubos” en plexiglás, que se alquilan fuera de la estación Central de Milán como espacios comerciales, han sido destinados a dar cobijo a los cientos de inmigrantes que, hasta ahora, pasaban el día en el interior de la estación o en la plaza y jardines aledaños.
En Roma, el Ayuntamiento y la Cruz Roja instalaron un campamento con una gran tienda de campaña con capacidad para 150 personas y servicios sanitarios, donde pasaron la noche inmigrantes varones, mientras las mujeres y niños fueron enviados a un centro de acogida.
Destino Francia. Pero la última y representativa imagen de la repercusión de cerrar las fronteras es la de Ventimiglia, donde cerca de un centenar de inmigrantes fueron rechazados en la frontera con Niza y esperan que se les deje pasar.
Algunos de ellos debieron buscar cobijo en el interior de un túnel ante la lluvia que cayó el sábado, mientras que un grupo de unas 40 personas pasaron la noche, en gesto de protesta, en el dique del puerto cubiertas por mantas isotérmicas.
Aunque el Ayuntamiento de Ventimiglia instaló duchas y servicios higiénicos y organizaciones de la localidad llevan comida y ropa a los inmigrantes, afirman que la situación empieza a ser preocupante ya que siguen llegando más inmigrantes cuyo destino es Francia.
Desde este lunes, se supone que se abrirán las fronteras y se entenderá entonces si estas personas pueden llegar a los países europeos donde viven sus familias o quedarán “ atrapados ” en Italia.