Estambul
Turquía y Rusia firmaron este lunes un acuerdo para construir el gasoducto TurkStream para enviar gas ruso a través del mar Negro hacia Europa, con lo cual sellan la reconciliación entre Ankara y Moscú, tras la crisis diplomática del 2015.
El acuerdo lo firmaron el ministro de Energía ruso, Aleáander Novak, y su contraparte turca, Berat Albayrak, al término de más de un hora y 40 minutos de reunión entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan.
Ankara y Moscú sellan así su reconciliación entre los dos países tras la grave crisis diplomática desatada por el derribo de un avión ruso por parte de la aviación turca en la frontera sirio-turca en noviembre del 2015.
El jefe del gigante ruso Gazprom, Alexei Miller, dijo antes de la firma que el acuerdo estipula la construcción de dos ductos en el lecho del mar Negro.
La capacidad anual de cada ducto debe alcanzar los 15.750 millones de metros cúbicos, para una capacidad total de más de 30.000 millones. Su construcción debería durar hasta el 2019, añadió Miller.
Según Miller, uno de los ductos sería utilizado para transportar gas para los consumidores turcos y el segundo para los de Europa.
Proyecto resucitado. El proyecto TurkStream fue anunciado a fines del 2014 al mismo tiempo que se abandonó, en plena crisis ucraniana, el proyecto South Stream en el que participaban empresas, europeas pero que fue bloqueado por la Comisión Europea.
Sin embargo, el proyecto TurkStream languidecía por la crisis que desató el derribo del avión ruso en la frontera sirio-turca.
Esta es la primera visita de Putin a Turquía desde que los dos países decidieron normalizar sus relaciones a fines de junio. Desde junio Putin y Erdogan se reunieron dos veces.
"Tengo total confianza en el proceso de normalización de las relaciones iniciado entre Turquía y Rusia", declaró Erdogan durante una conferencia de prensa común.
El acuerdo firmado en Estambul representa un símbolo concreto del deseo de ambas partes de sacar adelante el proyecto.
Erdogan también dijo que las dos partes acordaron avanzar en el plan para que Turquía instale su primera planta nuclear en la localidad de Akkuyu, en la costa del Mediterráneo.
"Creo que el tiempo perdido tiene que ser compensado en los próximos tiempos", indicó.
Sin embargo, los dos países todavía tienen mucho trabajo si quieren llevar las relaciones al nivel que estaban antes de la crisis por el avión derribado.
Las sanciones económicas impuestas por Rusia, que ahora han sido levantadas, pero de manera gradual, han perjudicado el comercio entre ambos socios.
La prohibición de los vuelos chárter hacia Turquía, que ya ha sido levantada, recortó el importante flujo de turistas rusos que viajan a Turquía.
Este lunes, Putin anunció además que el Gobierno ruso decidió abrir el mercado a productos agrícolas importantes para la economía turca, como los cítricos.
También dijo que Moscú había accedido a reducir el precio del gas natural importado por Turquía, un país con pocos recursos energéticos.
Para Andrew Neff, analista de IHS Energ, "el proceso de sanación comenzó" entre ambos países y cada uno "está dejando atrás los recuerdos agrios de los últimos diez meses".
Sin embargo, los expertos siguen siendo escépticos en relación a la rentabilidad del proyecto y a su realización, ya que la construcción del ducto todavía no ha comenzado.