Moscú, Washington y Kiev. AFP y EFE. Con un llamado a los separatistas prorrusos para que aplacen un referendo de independencia previsto para el domingo y un pedido a Kiev para que cese la operación militar en el este de Ucrania, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, intenta bajar la tensión en ese país cuando la tensión empeora.
Tras reunirse en Moscú con el presidente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Didier Burkhalter, el jefe de Estado pidió “a los representantes del sureste de Ucrania que aplacen el referéndum previsto el 11 de mayo para crear las condiciones de diálogo necesarias”.
Putin anunció también que Moscú había retirado sus tropas de la frontera con Ucrania, que la Alianza Atlántica había estimado en abril en unos 40.000 soldados.
Empero, la Alianza aseguró poco después que no tenía “informaciones sobre un cambio en la posición de las fuerzas militares a lo largo de la frontera con Ucrania”.
Si los separatistas escuchan este llamamiento y “si Kiev cesa a su vez su operación militar y toma medidas para relanzar un diálogo, eso puede sacar a Ucrania de esta situación, que en estos momentos solo empeora”, precisó luego el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov.
Variación del discurso. Putin ya no descalifica las elecciones presidenciales previstas para el 25 de mayo en Ucrania e indicó que “es un paso en la dirección”, aunque de seguido sostuvo que la consulta “no decide nada si todos los ciudadanos de Ucrania no entienden cómo se protegerán sus derechos después de la celebración de los comicios”.
Moscú, que no reconoce a las autoridades interinas de Kiev, había calificado hasta el momento de “absurda” la celebración de la elección presidencial en el contexto actual de violencia.
Los rebeldes prorrusos convocaron el 11 de mayo un referendo sobre la “declaración de independencia” de la autoproclamada república de Donetsk , región próxima a la frontera con Rusia.
Las autoridades de Kiev no reconocen este referendo. El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, reaccionó inmediatamente a las declaraciones de Putin, a quien acusó de “vender humo”.
Estados Unidos, por su parte, consideró que la posición de Putin sobre las elecciones es un paso que “ayuda”, pero es insuficiente para reducir la escalada de tensión en la exrepública soviética.
La portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, expresó que no basta con que Putin pida la postergación del referendo independentista. Lo que se requiere es que se suspendan porque son “ilegales”, resaltó.
A la vez, la administración del presidente Barack Obama cancelará los beneficios comerciales que goza Rusia gracias al Sistema Generalizado de Preferencias, que otorga un trato especial en tarifas comerciales.
Mientras, las autoridades ucranianas están desde el viernes inmersas en una operación militar en la zona de Slaviansk, bastión de los rebeldes prorrusos, para intentar retomar el control. La ofensiva ha dejado hasta el momento decenas de muertos.
En la carretera que une Mariupol con Berdiansk, los prorrusos atacaron ayer con armas automáticas un autobús que transportaba hombres de las fuerzas especiales de las Policía, aseveró el Ministerio del Interior.
En Mariupol, al sur de la región de Donetsk, las autoridades ucranianas lanzaron un ataque para retomar el Ayuntamiento, que ha estado en poder de los prorrusos desde el pasado mes.