KIEV. AFP y EFE. Los separatistas prorrusos derribaron ayer un avión ucraniano en el este del país y Kiev denunció la incursión de un convoy con lanzacohetes desde Rusia, horas antes de una reunión de urgencia entre los cancilleres ucraniano y ruso en Berlín para rebajar la tensión.
Mientras tanto, la ayuda humanitaria rusa destinada a las poblaciones del este de Ucrania, donde el Ejército se enfrenta con los insurgentes prorrusos, siguió bloqueada ayer en la frontera.
A pesar de un acuerdo cerrado el sábado entre Kiev y Moscú sobre las modalidades de la inspección del convoy ruso , a cargo del Comité Internacional de la Cruz Roja, esta no se había iniciado.
La violencia seguía cuando un avión de caza (MIG-29) ucraniano fue derribado por los separatistas “tras haber realizado bien su tarea y liquidado a un grupo de terroristas”, explicó Leonid Matiujin, vocero de la operación militar ucraniana en el este del país.
“El piloto fue expulsado y está a salvo”, añadió el portavoz.
El Ejército ucraniano recuperó también de manos de los separatistas una comisaría de la Policía de su bastión de Lugansk.
Afirmó además que Rusia introdujo en Ucrania tres lanzacohetes múltiples Grad, desde su territorio, y denunció diez violaciones del espacio aéreo por parte de aviones sin piloto rusos, incidentes que incrementan la tensión entre las partes.
Sin resultados. Mientras los enfrentamientos continúan en el este de Ucrania, en Berlín los cancilleres ruso, Serguéi Lavrov, y ucraniano, Pavlo Klimkin, y sus homólogos alemán, Frank-Walter Steinmeier, y francés, Laurent Fabius, se reunieron ayer para tratar de buscarle una solución al conflicto.
Sin embargo, el encuentro concluyó sin un acuerdo significativo.
Así lo reconoció tras cinco horas de conversaciones el anfitrión, el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, que solo admitió que hubo un consenso en algunos puntos, y avanzó que en las próximas 48 horas espera que las partes discutan lo hablado con sus respectivos jefes de Gobierno.
El jefe de la diplomacia alemana destacó una cierta disposición al diálogo antes del encuentro, pese a que se mostró pesimista tras una semana de reproches mutuos y repunte de la violencia.
“ No hay ninguna garantía de que Rusia y Ucrania lleguen a algún acuerdo en Berlín”, reconoció el ministro.
“El objetivo sigue siendo hacer todo lo posible para contribuir a que las armas se acallen”, dijo.
La agenda del encuentro de Berlín abarca desde puntos concretos inmediatos, como lograr que el convoy de ayuda humanitaria enviado por Moscú al este de Ucrania logre una luz verde de Kiev para atravesar la frontera hasta objetivos de pacificación de la región a largo plazo.