Ciudad del Vaticano. AP. El papa Francisco, acompañado de su antecesor, el pontífice emérito Benedicto XVI, ofició ayer una ceremonia solemne en el Vaticano, donde proclamó 19 nuevos cardenales, cinco de ellos latinoamericanos .
Benedicto entró discretamente a la basílica de San Pedro por una puerta lateral rodeado por un pequeño séquito y fue recibido con aplausos y lágrimas por los asistentes, que estaban sorprendidos. Sonrió, saludó y parecía realmente feliz de estar ahí. Se sentó en la primera fila, junto con los purpurados.
Es la primera vez que ambos pontífices aparecen juntos en una ceremonia litúrgica desde que el emérito se retiró hace un año y se convirtió en el primer papa que dimite al cargo en 600 años.
La ceremonia se inició con la lectura de la fórmula de proclamación de cardenales por parte de Francisco, quien previamente pronunció la homilía y leyó el Evangelio.
Los nuevos cardenales latinoamericanos son: Leopoldo José Brenes Solórzano, de Managua; Orani João Tempesta, de Río de Janeiro; Ricardo Ezzati, de Santiago de Chile; Mario Aurelio Poli, de Buenos Aires, y el obispo de Les Cayes, Haití, Chibly Langlois.
Brenes, arzobispo de Managua, es viejo amigo del Pontífice, ya que trabajó junto con el entonces cardenal Jorge Bergoglio en la preparación de un documento sobre la visión de una Iglesia misionera, el documento de Aparecida, Brasil, producto de la reunión cumbre de la Iglesia latinoamericana en el 2007.
El nuevo cardenal Loris Francesco Capovilla, antiguo secretario del papa Juan XXIII, no estuvo presente en la ceremonia por motivos de salud debido a su edad.
Los restantes purpurados provienen de 12 países. Además de los cinco latinoamericanos, hay seis europeos, dos africanos, dos asiáticos y un canadiense.
Compasión. Al dirigirse a los nuevos cardenales, Francisco les dijo que la Iglesia “necesita vuestra compasión, sobre todo en estos momentos de dolor y sufrimiento en tantos países del mundo”.
Los cardenales se arrodillaron ante Francisco, quien les impuso el birrete rojo en la cabeza mientras pronunciaba las tradicionales palabras destinadas al nombramiento de nuevos purpurados.
Los cardenales electores del próximo papa, que deben ser menores de 80 años, son ahora 122, cifra que supera el máximo de 120 purpurados que participan en un cónclave, pero diez de ellos cumplirán 80 años en este 2014.