París. EFE. El expresidente francés Nicolás Sarkozy se encuentra en medio de un escándalo de corrupción revelado por las escuchas telefónicas ordenadas por la Justicia, lo que ensombrece su anunciado retorno a la vida política, publicó ayer Le Monde.
Dos días después de conocerse que conversaciones privadas de Sarkozy eran grabadas por uno de sus principales consejeros políticos cuando todavía estaba en el Elíseo, Le Monde saca a la luz que, tras abandonar la presidencia, fueron los jueces los que se interesaron en sus diálogos telefónicos, al igual que los de dos de sus ministros del Interior, Brice Hortefeux y Claude Guéant.
Nunca antes un antiguo inquilino del Elíseo había sido objeto de tal seguimiento por parte de la Justicia, según el rotativo, que va más lejos y asegura que el análisis de sus conversaciones puede sacar a la luz un delito de tráfico de influencias y otro de violación del secreto de la instrucción.
Contratiempo. Más leña al fuego de un Sarkozy que cuidadosamente preparaba su retorno a la vida política, con la vista puesta en las elecciones presidenciales del 2017.
Todo empezó con las sospechas de que en la campaña de Sarkozy para los comicios presidenciales del 2007, que lo llevaron al Elíseo, se benefició de dinero procedente del líder libio Muamar Gadafi.
Para contrastarlo, dos magistrados abrieron una investigación en abril del 2013 y pincharon el teléfono del expresidente.
A finales del año pasado, los jueces constataron que Sarkozy hablaba mucho menos por ese teléfono y descubrieron que utilizaba otro, adquirido con una identidad ficticia, para las conversaciones más comprometedoras.
Pincharon este segundo y las conversaciones grabadas son las que pueden implicar a Sarkozy.
Siempre según Le Monde , el expresidente habló con su abogado a propósito de otro de los escándalos judiciales que lo acechan, las donaciones de la multimillonaria heredera del imperio cosmético L’Oréal Lilian Bettencourt para su campaña del 2007.