Londres
La líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP), Nicola Sturgeon, se mostró confiada en que su formación logrará una influencia sin precedentes en el Parlamento del Reino Unido tras las elecciones que se celebran en el país.
Sturgeon, que no concurre en estas elecciones a diferencia de su predecesor Alex Salmond —que aspira a un escaño en Londres—, votó en Glasgow, donde aseguró que el futuro político de la región "está en las manos de los votantes".
También acudió a votar el líder de los laboristas escoceses, Jim Murphy, quien, pese a las encuestas adversas, se mostró confiado en la victoria.
Los sondeos prevén un fuerte incremento de votos para el SNP, que algunas encuestas sitúan en el 50% en Escocia, en detrimento de los laboristas que tienen en esta región algunos de sus feudos tradicionales que se arriesgan a perder.
En Escocia, tras el referendo celebrado el pasado setiembre sobre la permanencia en el Reino Unido, se espera una fuerte concurrencia a las urnas.
Como una muestra del interés de los escoceses por expresarse en estas elecciones, se informó de que el 80% del voto postal ya fue recibido.
Los sondeos prevén un gran incremento del voto a los nacionalistas que podrían hacerse con 50 de los 59 escaños que Escocia tiene asignados en la Cámara de los Comunes.
De confirmarse estas predicciones, el SNP podría convertirse en un factor clave para formar el nuevo gobierno británico, para lo que su líder se ha ofrecido a los laboristas, aunque el jefe de filas de esta formación, Ed Miliband, públicamente ha rechazado esa posibilidad.
El primer ministro británico y líder de los conservadores, David Cameron, aludió a esa posible alianza su cuenta de Twitter al dirigirse a los votantes.
"Si quiere evitar que Ed Miliband y el SNP lleguen al poder y destruyan nuestra economía" deben votar a los conservadores, escribió.
El avance del SNP en los últimos meses se refleja en sus cifras de afiliación. Desde el referendo ha pasado de 25.000 a más de 104.000 afiliados y ahora es el tercer mayor partido británico, aunque Escocia representa tan solo el 8,3% de la población del Reino Unido.
Cerca de 50 millones de británicos están convocados a las urnas en unas elecciones generales de resultado incierto ya que los dos principales partidos, conservador y laborista, están casi empatados en las encuestas y no tendrían una mayoría suficiente para gobernar en solitario.