Madrid. AFP. La militante de ETA Inés del Río salió ayer de la cárcel, tras 26 años recluida, después que la Justicia española ordenó a su liberación a raíz de una decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que podría beneficiar a decenas de presos .
La etarra, de 55 años, a quien esperaban varios familiares a las puertas de la cárcel de Teixeiro, en ciudad de La Coruña –Galicia, en el noroeste de España– salió poco después de las 14:15 GMT (8:15 a. m. hora de Costa Rica), según los periodistas en el lugar.
Encarcelada desde 1987 y condenada a 3.828 años por una veintena de asesinatos en varios atentados, Del Río fue excarcelada un día después que la corte de Estrasburgo se pronunciase contra la denominada “doctrina Parot” , un sistema de cálculo de la remisión de penas que permitía alargar la reclusión de presos con múltiples condenas.
Este fallo llevó ayer a los 17 magistrados de la Sala Penal de la Audiencia Nacional española a ordenar su libertad.
“La resolución es clara y concluyente: incumbe al Estado asegurar la puesta en libertad de la demandante en el plazo más breve, ya que se encuentra privada irregularmente de libertad” desde el 3 de julio de 2008, puntualizó el dictamen.
Con la aplicación de los beneficios penitenciarios existentes cuando fue condenada, por trabajo en prisión por ejemplo, Inés Del Río debería haber quedado en libertad en el 2008.
Sin embargo, poco antes de su salida prevista se le aplicó de forma retroactiva la “doctrina Parot”, por la cual la Justicia española estableció en el 2006 que las reducciones se descontaran de cada una de las condenas y no del tiempo máximo de estadía en la cárcel, fijado entonces en 30 años.
Miembro del histórico Comando Madrid de ETA , uno de los más mortíferos de la organización separatista armada vasca, Del Río se veía así recluida hasta 2017.
Nacida en la localidad navarra de Tafalla, Del Río, conocida como “Nieves” o “la Pequeña”, fue parte del Comando Madrid a mediados de los años 80.
Participó en un atentado contra un autobús lleno de guardias civiles en Madrid, donde un coche bombra mató a 12 agentes en 1986, entre otros siniestros
¿Qué pasará? Otro de los miembros destacados de dicho comando, Antonio Troitiño, encarcelado en el Reino Unido y reclamado por España, recibió ayer la libertad condicional de un tribunal del Londres a raíz de la decisión de Estrasburgo.
Esta podría abrir ahora las puertas a decenas de presos de ETA en situación similar, lo que constituiría un revés para el Gobierno español, muy firme en su política penitenciaria con los militantes de la organización terrorista.
El fallo fue bien recibido por la izquierda independentista vasca, que llamó a Madrid a modificar su política hacia los detenidos etarras, unos 600 diseminados por las cárceles de España y Francia.
Solucionar la situación de sus presos es la principal reivindicación de ETA, muy debilitada, para avanzar hacia la entrega de las armas y su disolución.
Considerada responsable de 829 muertes en 40 años de atentados por la independencia del País Vasco, la organización anunció en octubre del 2011 el “cese definitivo de su actividad armada”.