Atenas. AFP. El Gobierno griego anunció el jueves que podría dimitir si pierde el referendo del domingo, en el que llama a votar “no” para negociar en “mejores términos” con sus acreedores, quienes no tomarán posición hasta ver el resultado.
El ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, declaró que el gobierno de izquierda, liderado por Syriza, podría dimitir si gana el ‘sí’ a las propuestas hechas por los acreedores internacionales el fin de semana.
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“Podríamos dimitir, pero lo haremos con espíritu de cooperación con los que tomarán el relevo”, dijo Varufakis, quien añadió que, personalmente, dejará de ser ministro si el ‘sí’ a las propuestas se impone.
La campaña por el referendo, que se inició este jueves, causó una primera fisura en la coalición de gobierno de Syriza y la derecha soberanista Griegos Independientes (ANEL). Un diputado de esta última, Constantinos Damavolitis, fue excluido de su grupo parlamentario por pronunciarse en favor del ‘sí’.
“Estamos en guerra y no tendremos indulgencia. Quienes no soporten la guerra, que se vayan”, manifestó, sin rodeos, el líder de ANEL y ministro de Defensa, Panos Kammenos.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, declaró que su gobierno llegará a un acuerdo con los acreedores el martes, sea cual sea el resultado de la consulta. Dejó entrever que podría abandonar su cargo, al decir que no está aferrado a él.
Según una encuesta publicada el miércoles por la prensa griega, la relación entre el ‘no’ y el ‘sí’ ha pasado de 57%–30% a 46%– 30%, con numerosos indecisos.
Unidad. Tsipras exhortó ayer a los griegos “a la unidad nacional” para “superar la dificultad temporal” que atraviesa el país y prometió que después del referendo, el país seguirá unido.
Los mercados internacionales y los acreedores del país (Fondo Monetario Internacional –FMI–, Banco Central Europeo –BCE– y Comisión Europea) esperan ansiosos el resultado del referendo.
El jueves, el país helénico vivió el cuarto día de control de capitales, con los bancos cerrados (excepto para los jubilados que no tienen tarjeta de crédito) y un tope de retiro en efectivo en los cajeros automáticos de 60 euros por día y por persona.
El martes y el miércoles, el país vivió un auténtico psicodrama, pendiente de un improbable acuerdo de última hora con los acreedores. Finalmente, los ministros de Finanzas de la Eurozona dejaron claro que esperarán al resultado del referéndum, cuya campaña exprés arrancó de lleno este jueves.
Mientras tanto, en la televisión se sucedían los espacios dedicados al ‘sí’ (con el testimonio del ex primer ministro Costas Caramanlis, entre otros) y al ‘no’.
En las calles de Atenas, podía verse también un virulento cartel con la fotografía del ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, bajo el lema: “Desde hace cinco años te chupa la sangre. Ahora dile NO”.
En un país muy polarizado, el Consejo de Estado, la más alta jurisdicción administrativa del Estado, examinará este viernes la legalidad de la consulta, tras un recurso presentado el miércoles por dos particulares.
El martes, Grecia entró en default con el FMI al no poder hacer frente a un vencimiento de unos 1.500 millones de euros con esta institución. El mismo día expiró el plan europeo de asistencia financiera al país, ya que a falta de acuerdo, sus socios decidieron no prolongarlo.
Próximos pagos. Las próximas semanas se vislumbran complicadas para la Tesorería del Estado griego, que debe abonar unos 3.500 millones de euros el 20 de julio: 2.100 millones al BCE y 1.400 millones a los bancos centrales de la eurozona.
En un informe publicado este jueves, el FMI dijo que Grecia necesitará una nueva ayuda de 36.000 millones de euros de los europeos en los tres próximos años.
Muchos líderes de la Unión Europea creen que el referendo definirá si Grecia quiere o no permanecer en el euro. “Si gana el ‘no’, la situación será muy difícil para Grecia, los problemas económicos serán más graves y un plan de ayuda, mucho más difícil de lograr”, opinó Jeroen Dijsselbloem, líder del Eurogrupo.