Nuevas manifestaciones de profesores, artesanos y comerciantes van a poner a prueba al presidente socialista esta semana, días después de las protestas contra un impuesto ecológico a los camiones.
El Gobierno anuló, al menos temporalmente, la “ecotasa”, dando así la sensación de impotencia y debilidad mientras se le acumulan los malos datos sobre empleo, el descontento y la frustración por el continuo cierre de empresas.
Dos tercios de franceses quieren que Hollande despida al primer ministro, Jean-Marc Ayrault, visto como incapaz de motivar a un gabinete inconexo.
Una encuesta publicada el lunes muestra que solo el 21% de los franceses aprueba la política de Hollande, lo cual lo convierte el mandatario más impopular desde que el país instauró el sistema semipresidencialista, en 1958.