El presidente estadounidense, Barack Obama, hizo una pausa en su fin de semana vacacional en Los Cayos, Florida, para hablar por separado con el primer ministro británico, David Cameron; con el italiano, Matteo Renzi, y el presidente francés, François Hollande.
Obama rechazó, junto con esos socios europeos, la propuesta de referendo sobre la unión de Crimea a la Federación Rusa que las autoridades de la región autónoma quieren llevar a cabo el próximo día 16, pese a la oposición del Gobierno interino en Kiev.
Los mandatarios coincidieron en que la consulta sería anticonstitucional, ya que “ todas las decisiones sobre el futuro de Ucrania deben incluir al Gobierno de Kiev ” y advirtieron a Rusia que si continúa con su ocupación militar y no ordena el acuartelamiento de sus tropas se “aislará de la comunidad internacional”.
El jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, fue más contundente al afirmar en una conversación con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, que si el Kremlin no cesa su escalada militar y sigue “dando pasos para la anexión de Crimea a Rusia se cerraría cualquier espacio disponible para la diplomacia”.
Mientras tanto, fuerzas prorrusas siguen aumentando su presencia en Crimea y consolidando el control de la península, levantando posiciones estratégicas y manteniendo el acoso constante a las tropas ucranianas para que no salgan de sus cuarteles.