Simferópol. EFE. Crimea comenzó ayer las celebraciones del primer aniversario de su incorporación a Rusia con actos en las principales ciudades, Simferópol y Sebastopol, en un ambiente patriótico con reminiscencias de la Unión Soviética.
“La primavera crimea: nuestra elección, nuestra victoria” es el lema más repetido en los numerosos carteles que pueblan las calles de Simferópol, donde no faltan las banderas rusas y referencias al referendo que hace un año decidió la separación de la península de Ucrania, una consulta solamente reconocida por Moscú.
“La elección era evidente: Ucrania, sangre y guerra, o Rusia, paz y estabilidad”, afirmó el líder de Crimea, Serguéi Aksiónov, en sesión especial del Parlamento regional dedicada a la conmemoración del aniversario y que comenzó con el himno ruso.
Aksiónov agradeció al presidente ruso, Vladímir Putin, su decisivo apoyo a la voluntad de los crimeos de integrarse a Rusia. “Nuestro presidente demostró valentía, fuerte voluntad política y sabiduría de Estado al apoyar los resultados del referendo”.
“Estamos locos de contento de estar en Rusia. Todo ha cambiado para mejor, tanto económica como espiritualmente. Rusia es un gran país que siempre nos defiende”, comentó Lidia Andreevna, una jubilada ucraniana, pero que se siente crimea.
Veteranos de la II Guerra Mundial con sus medallas, jubilados con insignias patrióticas y una gran profusión de banderas, entre las que destacaban numerosas rojas con la hoz y el martillo, hacían retrotraer el ambiente a los tiempos soviéticos.
La Unión Europea (UE) reafirmó su condena a “la anexión ilegal” de la península y dijo que le inquieta la “creciente militarización” de este territorio.
La población rusa de esta península bañada por el mar Negro sigue apoyando masivamente la anexión, a pesar de que las sanciones económicas impuestas por Occidente a Rusia y a Crimea han provocado una grave crisis, una galopante inflación y la región está geográficamente más aislada al cortarse los lazos con Ucrania.