Al menos 30 civiles murieron y 93 resultaron heridos este sábado en bombardeos con lanzacohetes múltiples Grad en Mariupol, un puerto estratégico ucraniano y la última ciudad importante del este separatista prorruso controlada por Kiev.
La conquista de esta ciudad industrial de medio millón de habitantes ubicada al borde del mar de Azov le permitiría a Rusia y a los rebeldes prorrusos crear un puente terrestre hacia Crimea, península ucraniana anexionada por Moscú en marzo.
Hasta ahora Mariupol había quedado relativamente al margen de los combates en el este ucraniano, que se libraban en cambio en los alrededores de la ciudad.
Este sangriento ataque contra un barrio densamente poblado se produce pocos días después de que el ejército ucraniano abandonara el aeropuerto de Donetsk que controlaba desde hace meses, lo que supone un giro psicológico en este conflicto que ya ha dejado más de 5.000 muertos en nueve meses.
En un primer balance, la policía de la región de Donetsk, leal a Kiev, habló de diez muertos. El ejército ucraniano precisó, por su parte, que se trata de "disparos rebeldes con lanzacohetes múltiples Grad sobre el suburbio este de Mariupol" y que algunas casas quedaron destruidas.
"Los rebeldes no necesitan paz, cumplen las órdenes del Kremlin para [que se produzca] una escalada de la situación en el Donbass", la cuenca minera escenario desde abril de una rebelión armada prorrusa, añadió el estado mayor de la operación ucraniana en el este.
El ayuntamiento de Mariupol afirmó que un mercado fue alcanzado por estos disparos.
"Todo el mundo está conmocionado. La telefonía móvil no funciona y no conseguimos contactar con familiares que viven en el barrio afectado", dijo por teléfono a la AFP Eduard, un empresario de 32 años.
"Los insurgentes tomaron el aeropuerto de Donetsk y ahora bombardean Mariupol", añadió, en referencia a la derrota del ejército ucraniano, que tuvo que abandonar las ruinas del aeropuerto de esa ciudad después de varios meses de combates.
En fotografías disponibles en páginas web locales, se ve fuego y humo negro elevarse sobre un barrio muy poblado.
Aunque el dirigente de la autoproclamada república de Donetsk, Alexandre Zajarchenko, prometió el viernes conquistar toda la región de Donetsk -que incluye a Mariupol- los rebeldes negaron este sábado cualquier responsabilidad en estos bombardeos.
"Los combatientes no han abierto fuego contra Mariupol, y menos aún contra barrios habitados", indicó una agencia de prensa rebelde, citando a un "responsable militar" de los separatistas.
Este responsable denunció "una provocación" de las fuerzas de seguridad de Kiev, y destacó que los rebeldes controlan la ciudad costera de Novoazovsk, situada a 40 km al este de Mariupol, pero que no habían efectuado una ofensiva.
Sin embargo, el gobierno de Kiev denuncia desde principios de año la entrada de batallones rusos en territorio de Ucrania, y numerosos ataques contra posiciones del ejército ucraniano.
Rusia, duramente afectada por la sanciones internacionales impuestas por su papel en la crisis ucraniana, desmiente categóricamente cualquier implicación en el este de Ucrania, y ofrece en cambio ejercer un papel de mediador en el conflicto.