Bagdad y Nasiriya EFE Y afp El ex viceprimer ministro iraquí Tarek Aziz, fallecido este viernes a los 79 años, representó la cara más amable y diplomática del régimen de Sadam Huseín, del que fue el artífice de su política exterior.
Encarcelado desde su rendición a las tropas de EE. UU. en el 2003, días después de la caída de Sadam, Aziz fue un gran negociador y una de las piezas clave del gobierno de Sadam Huseín durante más de 20 años.
Viceprimer ministro entre 1979 y el 2003 y nombrado jefe de la diplomacia iraquí en 1983, fue además secretario político del gobernante Partido Baaz y miembro del Consejo del Comando de la Revolución, integrado por 10 personas de confianza de Sadam.
Aziz murió de un infarto en un hospital en la ciudad de Al-Naseriya, al que fue trasladado desde la cárcel, sin que al final se le aplicara la pena capital a la que fue condenado en el 2010, una ejecución que rechazó el entonces presidente iraquí Yalal Talabani.
Su familia lamentó la falta de atención médica, lo cual deterioró su salud y su mente.
El “número dos” del régimen fue sentenciado a muerte por asesinato premeditado y crímenes contra la humanidad, al considerársele responsable de la persecución de militantes o dirigentes de partidos religiosos durante la década de 1980.
Recibió además varias sentencias a penas de cárcel, la última y más elevada en noviembre del 2010, a 20 años por el asesinato de kurdos en los años ochenta.
Como jefe de la diplomacia, se encargó de negociar el alto el fuego en la guerra contra Irán, bajo los auspicios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La popularidad internacional le llegó cuando, con motivo de la invasión iraquí de Kuwait, el 2 de agosto de 1990, condujo las negociaciones que finalmente no evitaron la guerra del Golfo (1991), en la que se vio involucrada la comunidad internacional.
Brillante orador, volvió a tener un papel clave en el 2003, al realizar una gira europea de alto perfil, para evitar, sin éxito, la invasión estadounidense a Irak.
Gracias a su dominio del inglés, idioma aprendido en la universidad, no solo logró la atención de los medios anglófonos, sino que le proporcionó una plataforma para lanzar críticas y reproches lo suficientemente agudos como para avergonzar a otros diplomáticos.