París. AFP. El excorredor de bolsa de la Société Générale Jérôme Kerviel afirmó ayer, al iniciarse su juicio, que su jerarquía lo animó a continuar con la arriesgada estrategia que desembocó en una pérdida de 4.900 millones de euros a inicios del 2008 para el banco francés.
Kerviel, de 33 años, se presentó ayer en la sala de audiencias del Tribunal Correccional de París (que trata delitos penales) junto a sus dos abogados.
Kerviel comparece acusado de falsificación, introducción fraudulenta de datos y abuso de confianza, en este emblemático proceso sobre las derivas financieras de las que afirma ser víctima.
El proceso se extenderá hasta el 25 de junio y puede ser condenado a cinco años de prisión, 375.000 euros de multa y daños y perjuicios por las pérdidas del banco francés.
El tribunal lo interrogó sobre su personalidad y destacó , en el informe de un experto, que “la ausencia de control” lo habría conducido a reiterar su estrategia.
“Los apoyos cotidianos de mis superiores no me frenaron, por el contrario me animaron”, respondió Kerviel a este tema.
“En la sección de correduría, estamos a 50 centímetros unos de los otros, todo se ve, todo se oye” subrayó Kerviel para quien es imposible que los cinco jefes que estaban cerca de el hubieran podido desconocer lo que hacía.
Sin embargo, Claire Dumas, del área de riesgos operacionales del banco aseguró que no era así de simple y añadió que en enero del 2008 se necesitaron “40 personas dos días” para identificar el fraude, prueba de lo complejo que era.
El “fraude” monumental fue anunciado el 24 de enero del 2008 por la Société Générale, que afirmó haber descubierto, seis días antes, que su corredor tomó posiciones sobre índices bursátiles europeos por 50.000 millones de euros.
La entidad los pagó de urgencia y registró una pérdida de 6.300 millones de euros.
Una investigación demostró carencias en servicios de control del banco por lo que fue multado con cuatro millones de euros, mientras varios responsables fueron despedidos. Aún así, la investigación judicial no demostró complicidades; de allí que Kerviel es el único en enfrentar una demanda penal.