EscucharNaciones Unidas. Rusia vetó este jueves en la ONU un proyecto de resolución impulsado por Estados Unidos que prolongaba por un año el mandato de un grupo de expertos internacionales que investiga el uso de armas químicas en Siria.
Fue el décimo veto ruso para detener acciones contra su aliado Damasco. En su lugar, presentó un proyecto de resolución similar pero realizando cambios en el panel de expertos. Sin embargo, la propuesta no logró los nueve votos mínimos requeridos para ser adoptado.
Se trata del mandato del grupo de expertos de la ONU y la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), llamado JIM.
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Cinco niños murieron en un ataque aéreo de fuerzas progubernamentales en la ciudad de Atareb, controlada por los rebeldes, en Alepo, Siria, el 13 de noviembre de 2017. Al menos 21 civiles murieron el lunes en ataques aéreos contra la provincia. (AFP/ZEIN AL RIFAI)
No obstante, varios países instaron a realizar esfuerzos de último momento para salvar al panel, cuyo mandato vence a medianoche (05:00 GMT) del viernes.
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Los proyectos de resolución presentados al Consejo de Seguridad por Estados Unidos y Rusia para extender el mandato JIM Solo coincidían en renovarlo por un año.
El texto ruso pedía revisar la misión del panel y congelar su último informe, que involucra al régimen de Bashar al Asad en un ataque a civiles con gas sarín en abril.
Washington se oponía y pedía en cambio sanciones para los responsables de emplear armas químicas en Siria.
Poco antes de la votación, realizada tras un tenso debate entre los embajadores de Washington y Moscú, Rusia retiró su proyecto.
La propuesta estadounidense recibió once votos a favor, dos en contra (Rusia y Bolivia) y dos abstenciones (China y Egipto). El voto negativo de Moscú, uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, equivale a un veto.
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Un hombre sirio carga a un niño después de un ataque aéreo en la ciudad de Atareb, controlada por los rebeldes, en la provincia septentrional de Alepo, en Siria, el 13 de noviembre de 2017. (AFP/ZEIN AL RIFAI)
“Rusia mató el mecanismo de investigación que este Consejo ha apoyado abrumadoramente”, reclamó la embajadora estadounidense, Nikki Haley.
“El mensaje es claro: en efecto, Rusia acepta el uso de armas químicas en Siria”, dijo.
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El representante británico, Matthew Rycroft, señaló que “Rusia fracasó en promover la paz en Siria” al negarse a ser “constructivo” en el debate de los textos.
Su par francés, Francois Delattre fue más gráfico: “Hemos desatado un monstruo”, alertó.
El representante ruso, Vassily Nebenzia, rechazó todas esas críticas, denunciando especialmente la “deshonestidad” de Reino Unido que acusó “traición”. “Rusia no podía votar por el proyecto estadounidense y todo el mundo lo sabía”, dijo.
La renovación del mandato del JIM alimentaba desde hace semanas una controversia entre Washington y Moscú, luego de que el panel concluyó en octubre que un bombardero del gobierno sirio fue responsable de un ataque con gas sarín en Jan Sheijun que el 4 de abril dejó más de 80 muertos.
Rusia considera, al igual que su aliado Damasco, que el gas hallado procedía de la explosión de un obús en el terreno.
En su proyecto, Rusia insistía en permitir otra “investigación de alta calidad y a escala completa” sobre Jan Sheijun, a cargo del JIM, que dirige el guatemalteco Edmond Mulet.
Casi una hora antes de las votaciones, el presidente estadounidense Donald Trump salió de su silencio sobre el tema al llamar en Twitter a prolongar la pesquisa del JIM “para asegurar que el régimen de Asad jamás vuelva a cometer asesinatos en masa con armas químicas”.
Estados Unidos quiere hacer del JIM “un instrumento sumiso de manipulación de la opinión pública”, había denunciado poco antes el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov.
Estados Unidos, Francia y Reino Unido defendieron al panel de expertos, destacando que todo el sistema de no proliferación establecido por Naciones Unidas para prohibir el uso de armas químicas en el mundo estaba en juego.
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Humo y escombros en Ghouta Oriental, cerca de Damasco, tras ataques aéreos del gobierno sirio. Activistas sirios y un grupo de monitoreo dicen que casi dos docenas de civiles han muerto en los últimos tres días de combates en la capital. (AP/Uncredited)
“El JIM no es una herramienta de Occidente. Es nuestro bien común y nuestro mejor medio para combatir el uso de armas químicas en Siria”, había advertido Delattre antes de la votación.
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Rycroft había alertado que si no extendían el mandato del JIM, los miembros del Consejo de Seguridad se “estarían disparando en el pie”.
Desde su creación en 2015 por una iniciativa ruso-estadounidense, el JIM, que agrupa a una treintena de expertos, ha concluido que las fuerzas sirias, además del incidente en Jan Sheijun, son responsables de ataques con cloro en tres aldeas en 2014 y 2015, y que el grupo terrorista Estado Islámico (EI) usó gas mostaza en 2015.
