Moscú (AFP). El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, denunció que la "obsesión" que tienen los grupos opositores de derrocar al presidente Bashar al-Asad impide una solución política del conflicto en Siria.
"Todo tropieza con la obsesión de los opositores con la idea de derrocar el régimen de Assad", declaró Lavrov en una conferencia de prensa.
Además, el jefe de la diplomacia rusa afirmó que los países occidentales no hacen lo suficiente para convencer a los opositores de que dialoguen con el poder.
"No ha habido intentos de sentar a las partes del conflicto en la mesa de negociaciones. Sólo nosotros y nuestros socios chinos y el emisario de la ONU Kofi Annan intentaron hacerlo. Nuestra prioridad no es conseguir un objetivo geopolítico como el derrocamiento del régimen de Assad, sino estabilizar la situación y el cese rápido del derramamiento de sangre para salvar la vida de sirios", lamentó Lavrov.
Por otra parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, propuso organizar una conferencia internacional sobre los refugiados sirios y prometió ayudar a Líbano a "solucionar los problemas humanitarios" provocados por la llegada masiva de personas que huyen de Siria.
"Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que se concreten sus propuestas y contribuiremos a la realización de una conferencia internacional. Rusia está dispuesta a ayudar a Líbano a solucionar los problemas humanitarios. Vamos a encargarle a nuestros especialistas que establezcan el volumen de esta ayuda", declaró Putin.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Gran Bretaña, 48 personas más fallecieron ayer miércoles en bombardeos y combates en todo el país.
El conflicto en Siria empezó en marzo de 2011 como una revuelta popular contra el régimen de Bashar al-Asad y se convirtió progresivamente en un conflicto armado que ya suma 60.000 muertos, según la ONU.