Ginebra (AP). Una conferencia convocada por el enviado especial Kofi Annan para poner fin a la crisis en Siria parecía estar al borde del fracaso al comenzar hoy sábado. Estados Unidos y Rusia seguían divididos sobre el papel del presidente Bashar Asad en un gobierno de transición.
Hace unos días, Annan parecía confiar en el éxito de su plan, pero Rusia se ha negado a respaldar una medida que reclama la renuncia de Asad para permitir un gobierno de unidad, negativa que podría abortar todo acuerdo.
El enviado advirtió a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas _Gran Bretaña, China, Francia, Rusia y Estados Unidos_ que si no se ponen de acuerdo en las conversaciones organizadas por las ONU en su sede europea en Ginebra, enfrentan una crisis internacional grave que podría desatar la violencia en la región y abrir un nuevo frente para el terrorismo.
“La historia es un juez severo y nos juzgará a todos severamente si nos mostramos incapaces de seguir el camino recto hoy”, afirmó Annan.
Sus palabras parecían dirigidas específicamente a Rusia, aliado, protector y abastecedor de armas de Siria, que insiste en que no se puede imponer una solución desde afuera. En cambio, Estados Unidos insiste en que Asad no debe permanecer en el poder durante la transición y hay pocas esperanzas de que la fragmentada oposición siria acepte plan alguno que no disponga explícitamente la salida del mandatario.
Annan afirmó que algunos hablan de buscar un frente unido, pero toman simultáneamente medidas nacionales o colectivas propias, socavando el proceso. “Esto ha provocado incertidumbre en Siria, a la vez avivando las llamas de la violencia. Al estar presentes aquí hoy, ustedes sugieren la intención de demostrar ese liderazgo. Pero lo harán?”, se preguntó.
Agregó que con “el modo en que se han dado las cosas no hemos ayudado a nadie. Cortemos esta tendencia y empecemos a ser de alguna utilidad”.
Los cancilleres de los participantes fueron conducidos al Palacio de las Naciones junto con sus legiones de diplomáticos, asistentes y enviados de Europa, Turquía y tres naciones árabes que representan grupos dentro de la Liga Arabe.
Un alto funcionario estadounidense –que habló con la condición del anonimato debido a lo delicado de las negociaciones– dijo que “las discusiones siguen siendo arduas. Seguimos trabajando hoy, pero necesitamos un plan firme y creíble. Puede que lleguemos, puede que no”.
La cuestión es si los cancilleres de Rusia, Serguei Lavrov, y Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton, pueden rescatar el plan de Annan.
Rusia y China han usado su derecho al veto dos veces para impedir la aplicación de sanciones a Siria.