Favorito en todos lo sondeos, este carismático economista, de 49 años, hijo de una familia modesta del puerto de Guayaquil y con estudios en universidades de Estados Unidos y Europa, parece encaminarse a un claro triunfo desde la primera vuelta de mañana, para lo que se requiere la mitad más uno de los votos, o 40% con una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre el segundo contendor.
“Su victoria parece más que asegurada; la única incertidumbre reside en la amplitud de su ventaja”, expresó Marco Romero, politólogo de la Universidad Andina.
En la cima de su popularidad, gracias a los programas sociales que ha desarrollado con fondos provenientes del petróleo, Correa logró restituir la estabilidad a este país de 15 millones de habitantes, que vio pasar a ocho jefes de Estado desde 1996 hasta el 2007.
Adversario del neoliberalismo y enfrentado a los medios de comunicación y a los sectores financieros, Correa pide a los ecuatorianos un último mandato de cuatro años, pues la Constitución le impide aspirar a un tercer periodo.
Como reto más difícil de superar, Correa buscará mañana, cuando también se realizan las elecciones parlamentarias, obtener para su partido Alianza País la mayoría absoluta en el Congreso.
Correa no debería temer a la oposición, tan fragmentada que concurre a las elecciones con siete candidatos. El banquero Guillermo Lasso, un político conservador que denuncia el “autoritarismo” de Correa y aparece como su principal rival, apenas cuenta con 10% de la intención de voto.