EXPLOSIÓN EN LA PLANTA NUCLEAR CHE090 CHERNOBYL (UCRANIA) 12/3/2011.- (ARCHIVO) Foto del 24 de abril de 1999 que muestra el reactor 4 de la central nuclear de Chernobyl, donde el 26 de abril de 1986 se produjo una explosión, en la entonces República Socialista Soviética de Ucrania, considerado el mayor accidente nuclear de la historia. El Gobierno de Japón aseguró que la explosión que se produjo hoy, sábado 12 de marzo de 2011, en la planta nuclear 1 de la central atómica de Fukushima Daiichi, en el norte de Japón, no generó una fuga radiactiva importante. La alarma cundió en el país y en toda la comunidad internacional tras el accidente, que se produjo a las 15.36 hora local (06.36 GMT), cuando un equipo trataba de enfriar un reactor nuclear, dañado por el fuerte terremoto de ayer. EFE/Sergei Supinsky (Sergei Supinsky)
Los niveles de radiación liberados por el accidente nuclear en Japón ya representan riesgos a largo plazo para la salud en los vecinos de la planta, que pueden incluir daños en la tiroides y en la piel.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó ayer que los dos incendios ocurridos en la planta Fukushima provocaron la emisión directa de sustancias radiactivas a la atmósfera.
En un comunicado en su página de Internet , el OIEA anunció que se midieron tasas de radiactividad de 400 millisieverts (mSv) por hora –20 veces la cantidad a la que se expone un trabajador de una planta nuclear–, esto ya se considera dañino para quienes viven cerca de la planta.
La cantidad de radiación bajó ayer por la tarde, pero el daño se mantiene ya que es superior a los niveles normales. Por ejemplo, el ser humano se expone normalmente 0,40 mSv al año, y un examen de mamografía libera 0,04 mSv.
“La cantidad de problemas varía entre la edad de la persona (los niños y jóvenes son más vulnerables), la cantidad de radiación que recibió, el tiempo durante el cual la recibió y la distancia entre la fuente de radiación. Pero esto no es Chernobil, Japón tiene una preparación muy grande en estos temas”, comentó el físico médico costarricense Erick Mora.
Para Carlos Madrigal, coordinador de Gestión de Riesgo del Ministerio de Salud, aún es pronto para poder medir el peligro que corren los japoneses.
“Los problemas para la salud humana llegan cuando la radiactividad se incorpora en el organismo. La gravedad puede depender de la forma en la que se recibe: si se inhala (la forma más probable), si se ingiere (alimentos o bebidas) o si la piel lo absorbe”, dijo.
“Los escenarios aún son muchos. Por ahora todo es una probabilidad de enfermedades en la glándula tiroides para quienes recibieron más radiación, pero no puede medirse en el corto plazo”, añadió.
Sin embargo, la Autoridad Nuclear Francesa le dio nivel seis, “accidente importante”, con posibilidades de que la nube de radiación llegue a otros países y haya más muertos y casos de cáncer de tiroides. Según la agencia, la radiación ya llega a Tokio, aunque en niveles que no dañan la salud humana.
Para los expertos nacionales consultados, es muy poco probable que la radiación se expanda lo suficiente como para llegar a Costa Rica y afectar a la población.
“Todos estamos expuestos a radiación, ya sea por ondas que lleguen a la atmósfera o lo que comemos. Siempre hay una radiación de fondo que no afecta a la salud. Lo que uno prevé que pueda pasar es que tal vez esa radiación de fondo aumente, pero es improbable que afecte la salud de los ticos”, explicó Madrigal.