Bogotá. AFP. El conflicto que desangra Colombia desde hace casi medio siglo dejando heridas difíciles de restañar es como un monstruo de varias cabezas al que solo se dará muerte si se resuelve el problema agrario, estiman expertos antes de la reunión en Oslo entre el Gobierno colombiano y las FARC .
Entre los puntos que estarán en la mesa de discusión, reina el del acceso a la tierra, un problema que se eterniza en el país ante los conflictos armados y el fracaso de las políticas agrarias. Es el más importante porque, si no se le pone fin, en el mejor de los casos podría alcanzarse un acuerdo de paz, pero sería perecedero, opinan expertos.
“Podría conseguirse un acuerdo forzando las cosas, pero lo que me preocupa es que las causas continúen, porque volvería a surgir con otro nombre y otra organización, porque la gente quiere vivir y ganar y si no es de una forma lo hará de otra”, dijo Eduard Vinyamata, doctor en ciencias sociales por la Universidad de la Sorbona.
Todo apunta a que en Oslo las dos partes medirán fuerzas en el tema de la restitución de la tierra. En un comunicado de setiembre, los guerrilleros marxistas hacían hincapié en los problemas de “injusticia y desigualdad social”.
Las FARC fueron creadas en 1964 como respuesta a la represión de una insurrección campesina. Hoy en día, los campesinos reclaman más de 600.000 hectáreas a las FARC , a las que acusan de haberlos expulsado de sus tierras, según un balance del Ministerio de Agricultura colombiano.
Pese a las discrepancias, las dos partes se proponen alumbrar un proyecto agrario global, un objetivo aún más complejo, si cabe, que el de la restitución de tierras.
“Tiene que haber un acuerdo con los empresarios y la élite política que maneja el acceso a la tierra”, declaró la analista Gimena Sánchez.